Lucha diaria
Médicos Sin Fronteras (MSF) es una organización humanitaria que lleva más de cuarenta años trabajando en aquellos puntos del planeta donde la población ha sido víctima de desastres naturales, conflictos bélicos o enfermedades epidémicas. En la actualidad, gran parte de su labor se concentra en frenar el virus del Ébola. Por ello, están destinando cada vez más personal sanitario al punto de origen para extinguir un brote que comenzó a principios del año pasado y que se ha cobrado numerosas vidas, principalmente en el continente africano. Todavía queda mucho por hacer, pero todos podemos aportar nuestro granito de arena ayudando, de diferentes formas, a sufragar las misiones de esta organización que, con una lucha diaria y un esfuerzo colectivo, están consiguiendo grandes logros.
La organización humanitaria Médicos Sin Fronteras fue fundada en París (Francia) en 1971 de la mano de un grupo de médicos y periodistas. Durante todos estos años las mayores inversiones de ayuda se han realizado en África, aunque su trabajo ha estado presente en otros puntos del mundo siempre que lo han necesitado. Según comentan desde la organización, “durante el año 2013 dimos asistencia a 24 países, más de la mitad fueron en África y, un año más, el grueso de las actividades se concentraron en la atención a víctimas de conflictos, la violencia y el desplazamiento forzoso”. Desafortunadamente, en algunos casos, estas intervenciones se realizaron con gran dificultad, debido principalmente a los elevados niveles de inseguridad, que forzaron la suspensión y el fin de las actividades ante los ataques a los centros médicos y el personal sanitario por parte de aquellos que querían impedir su labor.
Estas circunstancias no han impedido la continuación de proyectos, de hecho, en los últimos años destacan sus intervenciones en el continente africano contra el cólera, la malaria o el sarampión, especialmente en países como la República Democrática del Congo. Además, con el fin de reforzar la capacidad de respuesta inmediata ante situaciones de emergencia, en 2013, esta organización humanitaria decidió descentralizar sus operaciones, fortificando su presencia directa en zonas de alto riesgo y creando dos sedes, la primera en Nairobi (Kenia) y la segunda en Dakar (Senegal).
Esperanza Santos, una de las médicas que trabaja en la organización, afirma que hay muchas circunstancias injustas en el mundo y que existen muchas poblaciones viviendo situaciones desgarradoras. Por ello, no duda en recalcar que «desde Médicos Sin Fronteras, intentamos dar apoyo a esas poblaciones que están en crisis para aliviar su sufrimiento”. No obstante, como ella dice, “no es la solución definitiva, debe haber un trabajo conjunto de toda la sociedad para cambiar el curso que lleva el mundo. Debemos cambiar las reglas internacionales, pero, mientras tanto, debemos aliviar el sufrimiento y ayudar a las poblaciones a superar momentos de crisis”.
Uno de estos momentos de crisis y expectación mundial se está viviendo con la propagación del virus del Ébola. Por esto, el objetivo que mantienen desde la organización es el de luchar desde su origen. A pesar de que aún no existen terapias especificas ni vacunas, Médicos Sin Fronteras sí cuenta con un protocolo de actuación ante este tipo de enfermedades. En el caso del Ébola, lo primero es la contención, es decir, procuran el aislamiento de los pacientes ya infectados así como los casos sospechosos. En este punto se incluye la desinfección de sus casas y pertenencias y el seguimiento de las personas con las que haya estado en contacto el portador del virus. El segundo punto de la actuación consiste en el tratamiento sintomático de los pacientes infectados, que alivia su sufrimiento y puede reducir la mortalidad. Por último, y no menos importante, la transmisión de la información a comunidades determinadas, sobre todo en aquellos países dónde no llega a todos los ciudadanos o se sesga a medio camino. Esta comunicación resulta vital para combatir el estigma y el miedo tanto a los pacientes como al personal sanitario. Respecto a la actuación de los profesionales, también cabe destacar que deben usar trajes integrales de protección biológica que consisten básicamente en una bata, guantes, mascarilla y gafas protectoras.
La actuación frente al virus originado en África no es más que un ejemplo de los muchos que realiza esta organización que se encuentra capacitada para atender situaciones realmente graves. Mientras que miles de médicos y miembros de esta institución colaboran en la creación de un mundo mejor, los demás no podemos vendarnos los ojos y debemos, como mínimo, mantenernos informados antes de crear prejuicios sociales o de olvidar los problemas que les ocurren a otros que viven más allá de nuestras fronteras.
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