Un viaje al último rincón del subconsciente
Habéis visto en televisión a Jeff Toussaint y ahora por fin podréis ser los próximos protagonistas de su nuevo show. Se trata de un espectáculo para descubrir de cerca el apasionante mundo de la hipnosis de la mano de este ilusionista cuya especialidad es la magia general cómica. Una función diferente cada show os espera en el Teatro Nuevo Apolo donde el humor y, por supuesto, la interacción con los presentes y sus mentes están garantizados. En Francia Jeff ya es todo un fenómeno social y espera continuar su estela cada viernes y sábado a las 21:30 horas. A continuación podréis descubrir cómo fueron los inicios del artífice de “1, 2, 3… Hipnotízame” y cómo define él realmente la hipnosis y todo lo que conlleva el proceso. ¿Os atrevéis a probar?
El pasado 16 de septiembre Jeff Toussaint acudió al Mercado de San Antón con la misión de probar su técnica de la hipnosis en un frecuentado espacio con algún que otro voluntario improvisado. Lo cierto es que también le acompañaban una serie de jóvenes que él ya conocía y que no dudaron en someterse a las pautas que el mago les iba dictando para crear un espectáculo un tanto teatral en pleno bazar. No obstante, también hubo tiempo para que algún que otro voluntario un tanto escéptico pusiera a prueba el arte del francés en vivo y en directo.
Desde ese mismo día, Jeff Toussaint se instaló en el escenario del Teatro Nuevo Apolo para romper las barreras que le separan de los incrédulos de la técnica que maneja y que le ha convertido en una figura más del programa “El Hormiguero”. Y no sólo eso, ha participado en el programa de la misma cadena, “1, 2, 3, Hipnotízame”, que enganchó a un montón de telespectadores en su momento. En la reunión con los medios de comunicación, sin embargo, el mago afirmó que “la hipnosis en televisión no es creíble. A nivel comercial la hipnosis, como debería ser presentada, va a enganchar muy poco al televidente. La televisión va a la acción. Ya no puedes enfocar el programa a la hipnosis, sino al entretenimiento”.
Actualmente Jeff Toussaint es uno de los tres mejores hipnotizadores de Europa, aunque sus inicios fueron cuanto menos curiosos. “Yo no creía en la hipnosis. Estaba en Venezuela, tenía dieciséis años, y un día de noche en una fiesta en la playa, con la fogata, los amigos, bebiendo ron que es muy típico, hablamos de fantasmas e hipnosis. Estudié hipnosis terapéutica e hipnosis de espectáculo, obviamente, que me atrae más, es más divertida. A la par empecé a estudiar magia, primero actué de mago y a los muchos años empecé a hacer actuación de hipnosis”.
Seguro que os estáis preguntando qué es realmente la hipnosis. Según el francés, “es tu capacidad de disociar y de entregarte a algo, una conversación con un amigo, una película que estimula, un buen libro. Hipnosis es comunicación y sugestión, no es dormir. El problema es que lo hipnotistas de espectáculos, desde antes y aún hoy día, se han equivocado en algo. Van de ‘te voy a dormir, te voy a controlar’ y no es esto. La hipnosis para mí no existe, existe la comunicación o sugestión. Ahora, a la hipnosis luego la aplicas motivación, estimulo, y tenemos espectáculo”.
Precisamente espectáculo es lo que ha conseguido crear Toussaint en el emblemático teatro de Tirso de Molina. Sin embargo, no puede interactuar con todo el público debido a determinadas patologías de los asistentes. “Quien tenga dos centímetros de frente sabe que si toma quince pastillas al día no se va a subir a un escenario. Quien sufre epilepsia no va a subir a un escenario. Quien tenga marcapasos tampoco”. Por esto, el famoso hipnotizador tiene que estar muy pendiente de todos los presentes. “Tengo el ojo educado. Yo observo quien sube con las pupilas dilatadas, quién huele a alcohol, quién está muy nervioso, quién está demasiado extrovertido. Busco a ver qué es lo que sale del contexto normal para bajarlo de manera amistosa”.
Respecto a este show, siguió contando a la compañera de la Agencia EFE, que “es un espectáculo para hacer reír al público, principalmente a mis voluntarios, pero sobre todo es como un pequeño curso de educar realmente lo que es la hipnosis, limitado obviamente a mi tiempo”. Y le sigue contestando en este caso a otra compañera de la revista Pronto: “La hipnosis de espectáculo son estímulos. Hay que estar constantemente todo el show profundizando, fraccionando y volviendo a inducir continuamente para mantener ese estado durante la hora y media o dos horas que dura el espectáculo para que la gente siga haciendo lo que yo quiero y ellos reaccionar como ellos estimulan que es lo correcto. Y si es una orden muy contradictoria sencillamente se van a negar a hacerlo y ya entraran en modo pasivo”.
No podía acabar la conversación con Jeff sin preguntarle a quién le gustaría hipnotizar próximamente. “Primero a Nicolás Maduro para arreglar el país que me acogió, Venezuela, que me encanta y me duele verlo así. Segundo a Kim Jong-un, el de Corea del Norte. Tercero a los asesinos de Marta del Castillo, porque los padres tienen el derecho a saber dónde está su hija. Si bien bajo hipnosis no se puede mentir, pero sí se puede fabular. Si no se les puede sacar nada, por lo menos dejarles un dolor de cabeza, jaqueca permanente día y noche. Y, por último, a los políticos de este país. Pero bueno, no se puede pedir peras al olmo”.
Ha llegado vuestra oportunidad de conocer en primera persona al hombre que hace a las mentes protagonistas de un show imprevisible y repleto de magnetismo, humor y fuertes emociones. Un mago que llega a dar una serie de pautas a todos los que se suben a las tablas: “La gente que ha entrado en hipnosis profunda en mis espectáculos luego cuando me preguntan les dejo unas herramientas para que ellos mismos, todos los días, se reprogramen”.
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