“Desde enana siempre me ha brotado el humor para sobrellevar las trabas de la vida”
Cómica, presentadora, actriz… y lo que le echen. En esta cuarentena, en la que hemos modificado sustancialmente la manera de conocer a nuestros entrevistados por el brote de coronavirus, he tenido la oportunidad de descubrir a la humorista Sara Escudero. Nacida en Arenas De San Pedro (Ávila) estudió varios cursos de Medicina pero su vocación se escondía en los monólogos, siendo una de nuestras mejores representantes en el stand-up comedy. A esta “madre de tres cortos”, el actual periodo de confinamiento le ha servido para echar la imaginación a volar y quién sabe si en los próximos meses nos toparemos con algún guion suyo abordando esta emergencia sanitaria. De momento, su mayor deseo es que esta situación pase para poder disfrutar al aire libre de paseos por tiempo ilimitado con sus golden retriever.
P: ¿Cómo estás llevando el confinamiento por la crisis del coronavirus y de qué manera te ha afectado esta emergencia sanitaria?
R: A nivel personal, tengo mucha gente afectada y a mi suegro en la UCI desde el 22 de marzo así que puedes imaginarte lo que cuesta sacar fuerza. Pero “querer es poder”, que decía mi abuela Magdalena, así que la busco y la silbo cuando se me quiere esconder (risas). Y a nivel profesional pues adaptándome como mis compis. Los teatros y eventos se han suspendido hasta nueva orden y ya se irán recolocando para dentro de unos meses (tocamos madera para que sea más pronto que tarde), a Onda Cero entro desde casa por un programa de ordenador y ya empiezan las opciones online de ciertos eventos de empresa así que a sacar paciencia y a desarrollar la imaginación, como en cualquier otro gremio.
P: Siempre comentas que la comedia es un modo de vida, ¿te está ayudando el humor en esta cuarentena?
R: Absolutamente. Desde enana siempre me ha brotado el humor para sobrellevar las trabas de la vida así que ahora que es una larga… ¡más aún!
P: El pasado 8 de marzo se celebró el Día de la Mujer. Todavía no se haya logrado la paridad en el stand-up comedy, eso está claro, pero en tu caso ¿has sufrido discriminación en tu oficio por el hecho de ser mujer?
R: Mucha. Como bien decías “eso está claro”, la no paridad es obvia y en mi caso, como imagino que en el de muchas de mis compañeras, hay mil y una anécdotas y de varios grados.
P: ¿Cuál dirías que es la clave para hacer un buen monólogo?
R: Ufff… Son muchos factores los que influyen. Porque no sólo es el escribir el texto y rodarlo y pulirlo. No. Influye el momento en que lo haces, el espacio físico en sí, el público que tienes delante (un mismo texto para diferente público y es como otro texto, ¡te lo aseguro! Que el stand-up no tiene cuarta pared y miras/interaccionas directamente mirando al público). Pero, por darte alguna mini respuesta concreta, creo que si es honesto, en el sentido de que ese cómico, esa cómica estén defendiendo un texto que hayan trabajado, tanto las líneas que entren como las que no, harán un conjunto bueno.
P: Cómica, presentadora, actriz…eres una profesional muy polifacética. ¿Crees que tu “yo” de niña estaría satisfecha de lo que has logrado o le faltaría alguna meta importante por cumplir?
R: (Risas) Estamos en el camino todavía de pelear por cumplir sueños (mejor decir sueños que metas, porque a la meta tienes que llegar sino te quedas en el camino, y al sueño le miras, le retas, le cortejas y si se logra será fantástico pero, si no es así, estará siendo logro el propio camino). Y después de esta mini chapa (risas) pues te digo que para mi hacer una peli (¡¡o miles!!) es uno de mis sueños desde pequeña.
P: También destaca tu faceta como escritora. ¿En qué momento nace la idea de escribir libros?
R: El primero, el que es un compendio de monólogos, “En ocasiones veo frikis” fue propuesta directa de Anaya, la editorial, a raíz de una entrevista en un programa de radio donde íbamos varios invitados y, uno de ellos, era un editor suyo (amigo personal desde entonces, por cierto. Regalos colaterales de la profesión). Pero aunque no es lo mismo escribirte un monólogo para representarlo que para que lo lea alguien que no eres tú… no fue una escritura “diferente”. El segundo, “Clericó”, no es un libro al uso. Son micro textos que yo pongo a ilustraciones de mi amigo Sito Recuero y, la verdad, nació para ver sus obras de arte recopiladas y visitables sin un ordenador. Y el tercero, el cuento “No estás a la altura”, nace de Sito. Él tenía la idea base, la semilla, y me propuso escribirlo y yo con él… al fin del mundo. Pero, en cualquier caso, siempre, desde pequeña, tengo necesidad de escribir muchas cosas y de muchas texturas.
P: Una de tus facetas quizás menos conocida es la de directora de cortometraje. ¿Qué tema se te viene ahora mismo a la cabeza para escribir un guion?
R: Y tanto que es desconocida que la gente cree que sólo he hecho uno. Por eso pongo “Madre de tres cortos” en las líneas de descripción del perfil de Instagram (risas). Es que los cortos no suelen estar accesibles en plataformas hasta no salir del circuito de festivales y se tarda en poder compartir ese trabajo. Y ahora mismo tendría varios temas sobre los que me encantaría poder tener tiempo de escribir, rodar y dirigir basándome en la situación que estamos viviendo, pero no lo abordaría como tal en plan “uno del confinamiento”, no, sino las consecuencias: la gestión del tiempo, la euforia, los miedos, las taras emocionales…
P: Recientemente fuiste invitada en la undécima gala de “Tu cara me suena 8”. ¿Cómo recuerdas tu paso por el programa?
R: ¡Con una ilusión desbordante que todavía me dura! Era un sueño poder ir (y sigue siéndolo poder estar en alguna edición como concursante). Y cuando encima me plantearon hacer la parodia de María Isabel de pequeña… Buah… “a jugar” de cabeza.
P: En 2016, desde el blog tuvimos la oportunidad de acudir a una de las funciones de la obra “Te elegiría otra vez” que fuiste la encargada de producir y dirigir. ¿Cuál es la función que recuerdas con mayor emoción?
R: ¡Ay va! No sé si fuisteis a la primera ronda que hacíamos en el Alfil con 6 actores (eran 9 historias relacionadas, pero no una obra con sus fases en sí) o a la que llevamos un par de meses al Pequeño Gran Vía con 4 actores, pero me quedo con la primera de todas, más una función en la que yo sustituí a una de las actrices un día de aquella ronda del Alfil, que se puso malita, y, como había escrito el texto, me sabía cada línea, claro. Aquello fue salir a jugar y a llevarles a los compis al juego máximo.
P: Para cuando se pueda regresar a la normalidad, ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre y qué es lo que más echas de menos en estos días de aislamiento?
R: Lo que más añoro es no poder salir al campo como cada día con mis perras. Sufro por ellas no imaginas… La mayor, Nala, con sus casi 13 años, está ya más perezosa y no necesita tanto ejercicio, pero la pequeña, Zuri, con 4, imagina… Acostumbrada a salir mínimo 2 horas por la mañana y otras 2 por la tarde-noche… Está que no entiende nada (aunque ellos se amoldan súper bien a la circunstancia, los perros en general, digo). Así que lo primero que haré será irme a patear mil horas con Saúl (Ortega) y las perras. ¡Apagaré el móvil y a desgastar zapatilla!
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