“Sabemos lo que somos, pero aún no sabemos lo que podemos llegar a ser”
2016 fue un año de homenaje en toda regla: se conmemoró el 400 aniversario de la muerte del dramaturgo británico William Shakespeare, así como la del escritor madrileño Miguel de Cervantes. “El manco de Lepanto” es toda una referencia en España, como también lo es para la lengua inglesa Shakespeare que será siempre recordado como uno de los grandes genios de la Literatura universal al que se agasaja por piezas de géneros tan confrontados como “El mercader de Venecia”, “Romeo y Julieta” o “La violación de Lucrecia”. Seguramente este poeta de las letras no se hubiera imaginado ni por un segundo la repercusión que siglos después tendría su legado, una herencia incalculable en forma de cultura y buen gusto que repasamos en este reportaje.
A día de hoy son prácticamente incontables las veces que las piezas de William Shakespeare se han llevado a la gran pantalla y a los escenarios de medio mundo. Un ejemplo lo encontramos en las adaptaciones cinematográficas del director Orson Welles: “Othelo”(1952) o “Campanadas a medianoche”(1965) son cintas para echar un vistazo, al igual que “Shakespeare in love”, dirigida por John Madden. Sobre las tablas, “Romeo y Julieta”, “Hamlet” y “El sueño de una noche de verano” han mudado de piel miles de veces en cientos de escenarios.
A pesar de que su fama fue en aumento tras su pérdida, se conocen muy pocos datos de la vida del dramaturgo y, quizás, debido a esta escasez se han establecido diversas teorías y creencias acerca de su propia identidad. Se desconoce cuál fue la fecha exacta de su nacimiento, aunque se apuesta por el mes de abril de 1564 en el municipio Stratford-Upon-Avon (Warwickshire). Se sabe también que a los dieciocho años contrajo matrimonio con Anne Hathaway que era ocho años mayor que él y que estaba ya embarazada de tres meses de su primera hija en común, Susanna. A los pocos años llegarían los mellizos Hammet y Judith.
La producción de Shakespeare se caracteriza por unas piezas muy reconocibles en las que se entremezcla lo trágico con lo cómico, lo sustancial con lo intrascendente. En su trabajo, en el que cabe pluralidad de sentidos, destacan precisamente las comedias y las tragedias. Es en las comedias donde indaga más en los sentimientos, dominando en muchas de ellas un ambiente cortesano como en “Mucho ruido y pocas nueces”. Más popular es “El sueño de una noche de verano”, una comedia optimista y de carácter fantástico que narra varios enredos amorosos durante una noche de San Juan.
A pesar del alcance de las obras citadas, Shakespeare destaca sobre todo por las tragedias, la más archiconocida es “Romeo y Julieta” que narra la enemistad entre las respectivas familias de los protagonistas, quienes se alían para impedir la unión entre estos jóvenes enamorados, que son todo un prototipo de amantes apasionados. También es célebre “La tragedia de Hamlet, Príncipe de Dinamarca” donde se presenta a un soberano que tiene que vengar la muerte de su padre asesinado. En la tragedia “Macbeth” el autor sigue entrelazado con la corona, esta vez para retratar la ambición de poder. Por último, hay que mencionar “El rey Lear” donde el anciano protagonista, tras intentar medir el amor de sus hijas, destierra a la única descendiente que le quiere de verdad, engañado por la hipocresía de las otras dos hermanas. Hay que resaltar que, además de dramaturgo, Shakespeare también fue poeta. Redactó algunos poemas narrativos de argumento mitológico como “Venus y adonis” o “Sonetos”, y más de una centena de poemas en los que se incluyen temas como el amor y la belleza.Shakespeare falleció el 23 de abril de 1616, igual que Miguel de Cervantes, y en honor a ellos seguimos celebrando con emoción y fervor este Día del Libro. No obstante, resulta curioso conocer que en realidad estos dos genios literarios perecieron con unos días de diferencia debido a los contrastes de los calendarios de la época. En el caso de Shakeaspeare, siguiendo el calendario juliano, su muerte equivaldría verdaderamente al 3 de mayo del almanaque gregoriano que fecha la pérdida del creador de “Don Quijote de la Mancha”. Sea como fuere, estas dos figuras han engrandecido una rama trascendental de la cultura y, todavía hoy, la conocida tumba de Shakespeare sigue siendo lugar de peregrinaje. Allí se encuentra un epitafio cuanto menos curioso que reza “maldito el que remueva mis huesos”. Se cree, en este sentido, que las obras inéditas de este poeta yacen en su sepulcro. Unos restos y una incógnita sin resolver que reposan en la Iglesia Trinity de su pueblo natal, Stratford-Upon-Avon, un espacio de agradecimiento colectivo póstumo.
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