Crítica: película “La bella y la bestia”

La belleza está en el interior

La producción estadounidense “La bella y la bestia” fue la primera cinta animada en ganar un Óscar a mejor película. Corría el año 1991 y la compañía Walt Disney todavía ni se imaginaba la trascendencia posterior de este título. El 17 de abril se estrenó la esperada versión en carne y hueso de este relato dirigida por Bill Condon y protagonizada por Emma Watson y Dan Stevens en los papeles centrales. Una de las novedades de esta producción, sin embargo, ha sido la construcción del personaje Le Fou, el secuaz de Gastón, con una abierta condición homosexual que es interpretada cabalmente por el actor Josh Gad. Un remake a la altura de una preciosa historia que nos recuerda que la belleza física no lo es todo y que nunca es tarde para encontrar el amor.

Vivimos en la era de los refritos audiovisuales donde “La bella y la bestia” se ha convertido en el último gran éxito de carne y hueso. Los personajes más entrañables de Disney cobran vida y acción real en un contexto parecido que agrada a pequeños y, sobre todo, a mayores que recuerdan con nostalgia su infancia. Primero fueron “Alicia en el país de las maravillas“(2010) y una aproximación al clásico “La bella durmiente” titulado “Maléfica” (2014) con una Angelina Jolie pletórica. Luego se subieron al carro “Cenicienta” (2015) y “El libro de la selva” (2016), versión que sirve como excepción ya que la mayoría de sus personajes han sido creados por ordenador. Aquí no acaba la lista ya que, en unos años, verán la luz las nuevas adaptaciones de “Mulan”, “Dumbo”, “El rey león”, “Peter Pan” y “Merlín el encantador”, entre otros proyectos cinematográficos.

Ahora bien, ¿son necesarias estas películas? Parece que sí, puesto que la acogida del público siempre es enorme. En esta ocasión, la cinta arranca con un príncipe egoísta que es hechizado y transformado en una temible bestia. El otro punto de interés de esta historia que ya conocíamos se localiza en una aldea, cercana al castillo encantado, donde vive una joven amante de los libros. La expectación por esta nueva Bella de carne y hueso ha sido máxima hasta el estreno de la película. Ya en el primer tráiler nos pudimos hacer una idea de la soltura de Emma Watson en el papel de esta heroína de Disney. Una joven que difiere bastante de los roles típicos impuestos en cuanto a tareas domésticas se refiere de otras princesas animadas de la factoría. Ella es dueña de su destino, intelectual, valiente, sincera y toda una revelación para una actriz que título tras título se empeña en demostrar que profesionalmente es mucho más que Hermione Granger de la saga Harry Potter.

Esta película tan colorista también era esperada por sus escenas musicales. El baile final de los protagonistas en el castillo es, posiblemente, uno de los mayores recuerdos de la memoria colectiva gracias a su canción de fondo. Ahora, Ariana Grande y John Legend son los encargados de prestar sus voces para este tema central de la película que vuelve a sonar grandioso. Asimismo, durante el montaje encontramos otro de los mejores números musicales presentado en las pantallas de las últimas décadas con la melodía de fondo “¡Qué festín!” y una increíble cantidad de efectos especiales. No obstante, el doblaje en determinadas escenas musicales resulta un tanto impreciso ya que se nota demasiado que las letras de los temas no coinciden con el movimiento de la boca de los actores, sobre todo de Emma Watson.

Está claro que la ternura que aportan los personajes de la versión de 1991 es superior, por muchas técnicas digitales que se hayan empleado en la nueva película. Sin embargo, como era de esperar, la calidad visual de la reciente historia es espectacular. Se recomienda ver la película en 3D, ya que con esta visión tridimensional algunas escenas se tornan brutales. Asimismo, el montaje de carne y hueso de “La bella y la bestia” es todavía más romántico y elegante si cabe que la película de dibujos animados. Además, gracias a este metraje podemos descubrir el pasado de Bella y qué sucedió con su madre.

Esta nueva adaptación deja en evidencia una vez más que “La bella y la bestia” es un producto audiovisual rentable, ya que se ha explotado en infinidad de películas. Para empezar, a la popular de dibujos animados le siguieron los títulos “La Bella y la Bestia II, una Navidad encantada” en 1997 y “La Bella y la Bestia III – El mundo mágico de Bella” en 1998. De carne y hueso destaca la dirección, estrenada en 2014, de Christophe Gans con las actuaciones de Léa Seydoux y Vincent Cassel. Esta historia ha dado de sí también para guionizar varias series de televisión. Cabe mencionar la ficción italiano-española interpretada por Blanca Suárez como Bella y Alessandro Preziosi en la piel del príncipe Leon DalVille. Una vez vista la nueva versión de Condon estaréis de acuerdo en que la esencia de “La bella y la bestia” permanece intacta. Así, la magia perdura con veintiséis años de diferencia, donde los que fuisteis niños por aquel entonces revivís la historia como adultos. La taquilla es sabia dos meses después de su estreno y vosotros formáis parte, nadie puede resistirse a los cuentos de hadas.

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