“Jauría habla de un hecho muy concreto pero por desgracia demasiado extendido y normalizado”
El pasado 9 de marzo el intérprete Fran Cantos recogió el galardón a Mejor Actor de Reparto de Teatro en los Premios de la Unión de Actores y Actrices por su papel en “Jauría”. Esta obra, dirigida por Miguel de Arco, está basada en la transcripción del juicio realizado a La Manada, construida íntegramente con fragmentos de las declaraciones de acusados y denunciante. El malagueño, natural de Coín, suma este papel a su prolífica carrera tanto en teatro como en televisión tras haber participado en “Malaka”, “Brigada Costa del Sol” o “Las chicas del cable”. Y es que este mismo 2020 podremos ver a esta estrella de las tablas, que dejó atrás tus estudios de topógrafo para dedicarse al entretenimiento, en nuevos proyectos de ficción pendientes de estreno.
P: Acabas de recibir el galardón en los Premios de la Unión de Actores por tu papel en «Jauría”. ¿Cómo te sientes y que supone para ti este reconocimiento?
R: Honestamente, sólo con la nominación ya me daba por premiado. Los Premios de la Unión de Actores y Actrices son unos premios muy valorados y queridos por la profesión, ya que somos los propios afiliados quienes votamos a nuestros compañeros, así que recibir este reconocimiento es algo maravilloso. Además era el primer premio que recibía y hacerlo por “Jauría” de algún modo creo que hace justicia a esta valiente apuesta de Kamikaze por contar esta pesadilla tan real de una manera tan oportuna, que no oportunista, en un momento en el que es necesario alzar la voz para contar la realidad de nuestro tiempo y no mirar a otro lado.
P: La obra está dirigida por Miguel de Arco, ¿qué destacarías del trabajo de este director de escena?
R: Miguel es un genio en un espectro muy amplio. Es alguien comprometido con su tiempo y cuenta lo que sucede en él a través del teatro y lo hace sirviéndose de un tremendo sentido de la estética y planteamientos profundos que lanza a la platea para que sea el espectador quien reflexione. Como actor te hace sentirte partícipe de la creación, todo es un juego, un espacio seguro en el que crear sin límites ni miedo para que la representación esté cargada de riesgo.
P: Esta pieza retrata el caso de La Manada, ¿qué sensaciones te produce tocar un tema tan controvertido y cuáles han sido tus principales preocupaciones a la hora de trasladar esta historia a las tablas?
R: Al inicio, cuando Miguel me interceptó en la puerta del Pavón y me propuso participar en el montaje, hubo una mezcla de sensaciones. Por un lado la excitación por tener la oportunidad de trabajar con alguien tan admirado y por otro cierto vértigo, aunque también un estímulo por lo que trataba. El caso es que se trataba de Kamikaze, Miguel del Arco y un texto de Jordi Casanovas y eso no podía tener fisuras. El proceso de ensayos fue duro, muy duro, y la intensidad no fue a menos durante los primeros meses de representaciones. “Jauría” habla de un hecho muy concreto pero, por desgracia, demasiado extendido y normalizado e indagar en nuestra propia naturaleza duele, pero también sana.
P: ¿Cómo te has preparado un personaje como éste que es verdugo?
R: La misión del actor es la de defender a ultranza su personaje, no juzgarlo, tratar de conectar con sus motivaciones y escrutar su comportamiento e indagar en uno mismo para encontrar, salvando las distancias evidentes, ciertos paralelismos.
P: ¿Se puede llegar a empatizar con un personaje así?
R: Creo que además se hace necesario hacerlo en cierta manera para crear un personaje más real y no pretender algo maniqueo. De todos modos, si atendemos a nuestra sociedad, estos “verdugos” no son más que el reflejo de una sociedad que ha normalizado ciertos comportamientos que hoy empezamos a cuestionarnos, pero con los que hemos convivido a lo largo de la historia. El predominio de lo masculino frente a lo femenino, el mundo está hecho por y para los hombres, que por suerte y gracias al feminismo, empieza a cambiar.
P: ¿Qué fue lo que te impulsó a dedicarte al mundo de la interpretación y dejar atrás tus estudios de topógrafo?
R: Siempre me había apasionado el mundo de las artes escénicas. En mi pueblo, Coín, se grababa “El Dorado”, una mítica serie de la BBC, y mi prima María del Mar trabajaba como ayudante de cámara. Yo tendría unos 8 o 10 años cuando fui a hacer un casting o algo así, lo recuerdo vagamente, el caso es que esa mentira que es la tele me cautivó y ya empezó el cosquilleo. A los 18 me uní al “Teatro Potable”, la compañía de teatro de mi pueblo y ya me envenené hasta el tuétano de ésta droga que es la interpretación.
P: ¿Qué importancia tiene la serie “Arrayán” en tu trayectoria?
R: Es el contacto profesional con la televisión y mi quiz show personal (risas). Le preguntaba a todos los compañeros de todas las áreas todo sobre su trabajo. Me encargaba de alegrarle las mañanas a todos, o eso creía yo, dándoles besos y abrazos y haciendo saludos al sol, como si estuviera en mi contrato. Trabajé como pertiguista, entré a cubrir una baja y me quedé unos tres años. Aprendí muchísimo detrás de las cámaras y comprendí que este es un modo de vida, no una profesión. Muchos de mis compañeros de “Arrayán” son mi familia.
R: Siendo de Málaga, ¿qué opinión te merece que “Brigada Costa del Sol” recibiera críticas por el acento de los actores?
R: Creo que las críticas están para escucharlas a veces y para verlas pasar como un estepicursor la mayoría de ellas. En “La Peste” también criticaron cierto oscurantismo en el acento y en la imagen y, en mi opinión, creo que esa oscuridad era brillante. Curiosamente, y no lo digo desde el victimismo para nada, parece que todo lo que huela a andaluz es susceptible de ser atacado con cierta asiduidad e inquina. Ole por contar y hablar desde fuera de los cánones de la “normalidad”.
P: ¿De qué manera te ha afectado a nivel profesional la emergencia sanitaria que actualmente estamos atravesando? ¿Crees que el coronavirus ha echado a perder el puesto que el teatro estaba recuperando en la sociedad?
R: Nos ha afectado a toda la sociedad. En mi caso, y desde lo personal, al menos hasta el momento, no tengo que lamentar ningún familiar o amigo afectado directamente por el virus y eso es un alivio siendo consciente de lo terrible que están siendo los efectos del Covid-19. En cuanto a lo profesional se han cancelado y pospuesto actuaciones de “Jauría”, retrasado la grabación de una serie en la que ando inmerso y sé que prácticamente todo se ha parado en seco. Creo que el tejido cultural en este país suele sufrir más que otros sectores las crisis y creo que somos un sector muy vulnerable y que habría que cuidar más. Pasemos esto rápido y con el menor daño posible y luego hagamos por levantar todo y que todo funcione como iba. El teatro que se está haciendo en España hoy día creo que ha conseguido colocarse a un nivel que el público volverá a demandar cuando abran de nuevo los teatros.
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