Un gran descubrimiento que colma de sensaciones y emociones
Desde que Netflix estrenó el pasado 25 de diciembre “Los Bridgerton” son cuantiosos los espectadores que están devorando la primera temporada de esta serie estadounidense creada por Chris Van Dusen y producida por Shonda Rhimes (artífice de “Anatomía de Grey”). Yo misma me he tragado en dos días los ocho episodios de esta adictiva ficción de época, basada en las novelas homónimas de Julia Quinn, que se ha convertido en la producción de moda. Una romántica y sensual historia que está protagonizada por Phoebe Dynevor como la ingenua Daphne y Regé-Jean Page en el papel de Simon, quienes fingen entablar una relación y acaban perdidamente enamorados según se desarrolla este montaje que además cuenta con otros personajes encantadores.
“Los Bridgerton”, la primera serie en Netflix de la productora Shondaland (liderada por la creadora de “Scandal”), sigue causando sensación en la plataforma de streaming. Una ficción estadounidense que en parte recuerda a la mítica “Gossip Girl” ya que cada episodio queda marcado por las chismosas publicaciones de Lady Whistledown sobre los escándalos de la élite londinense. Se trata de una misteriosa mujer, a quien pone voz Julie Andrews en la versión original, cuya identidad se revela en el último episodio de la primera tanda.
La trama principal se centra en el romance entre Daphne y Simon, que fingirán cortejarse entre sí para que ella parezca elegible en el mercado matrimonial y el soltero duque comprometido, aunque lo cierto es que los hermanos de la protagonista se roban cada una de las escenas en las que aparecen y es muy probable que si se confirma una nueva temporada cada vez adquieran más peso en la historia. Sobre todo Anthony (Jonathan Bailey) que tras su desengaño amoroso con una cantante de ópera decide centrarse en su responsabilidad como primogénito de la familia así como Eloise (Claudia Jessie) que está a punto de ser presentada en sociedad y por tanto se podría alejar de su sueño de ser una escritora independiente y soltera.
Este drama romántico ha escalado a las primeras posiciones de los diez títulos más populares en nuestro país por méritos propios. Obviamente que sea una serie de televisión basada en una saga de libros tan célebre ha jugado a su favor, pero “Los Bridgerton” también ha acaparado el interés de la audiencia por su hermoso vestuario y estupenda ambientación, por las brillantes actuaciones del elenco, por su intrigante forma de representar que el amor es complicado y, por qué no decirlo, por su elegancia y delicadeza a la hora de plasmar las escenas de alto contenido sexual entre sus protagonistas. En relación a esto he de decir que los episodios cinco y seis, titulados “El duque y yo” y “Frufú”, invitan a no despegar los ojos de la pantalla porque durante la luna de miel Daphne descubre su desconocimiento sobre los aspectos más íntimos del lecho marital.
El debut de “Los Bridgerton” en el servicio de streaming ha sido fascinante ya que cada episodio es un deleite visual a pesar de que se hayan tomado ciertas licencias creativas y en ocasiones resulte un tanto fuera de contexto de la alta sociedad londinense de 1814. Es más, aunque la trama se siente absolutamente previsible es una serie muy agradable de seguir. En definitiva, es una exquisita historia que engancha desde el primer minuto.
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