Historias de amor que vienen y van
Entre las decenas de títulos navideños que Netflix ha incorporado a su catálogo cabe reseñar que el pasado 18 de diciembre se estrenó la segunda temporada de la serie noruega “Navidad en casa” que sigue protagonizada por Ida Elise Broch. Si no conocíais esta comedia romántica dirigida por Per-Olav Sørensen os animo a que hagáis una maratón de las dos tandas porque en total son doce episodios de una duración muy corta cada uno (apenas treinta minutos). Esta historia se centra en Johanne, una joven enfermera que inicia una búsqueda para encontrar una pareja que presentar a su familia por Navidad porque está asqueada de los comentarios constantes sobre su soltería. Una ficción repleta de giros dramáticos y secuencias inesperadas ya que la trama no guía por aquello que resulta más obvio.
“Navidad en casa” es una serie picante e irreverente, pero a la vez muy conmovedora y optimista. La primera temporada fue estrenada en 2019 y nos presenta a una joven que recobra el espíritu de Bridget Jones. La protagonista, superada por las propias expectativas de la sociedad sobre la Navidad perfecta, miente a su entrometida familia asegurando que tiene novio mientras arranca una carrera contrarreloj de citas por toda la ciudad. La segunda temporada comienza revelando la identidad del hombre que espera a la puerta de Johanne, un episodio que sirve para ilustrar cómo después del enamoramiento la convivencia de esta prometedora relación no resulta tan idílica. Una inteligente tanda, cargada de dosis de humor, que además narra cómo esta chica debe lidiar con los problemas entre sus padres, así como con las cargas emocionales de sus vecinos y sus exnovios.
Reconozco que la primera temporada me dejó con ganas de más gracias a las ocurrencias de la protagonista aunque tras ver la segunda tanda he vuelto a sentir el mismo entusiasmo. En este sentido, el ingrediente que hace apetecible esta serie es ese toque realista que le acerca a los espectadores, además de la forma tan peculiar de plasmar la imperfección de Johanne para que desde el otro lado del televisor nos sintamos identificados.
Pero además, en estas fechas tan señaladas, más de un suscriptor de la plataforma de streaming se quedará embelesado con el lugar donde se desarrolla esta trama tan navideña con la nieve de fondo convertida en un personaje más. Sin embargo, estoy convencida que también habrá espectadores que, como yo, hagan una lectura más profunda de esta ficción que no solo aborda emociones humanas como el amor (dejando claro que este sentimiento no tiene edad) sino que invita a reflexionar sobre el verdadero valor de las relaciones de pareja hasta el punto de cuestionar si están sobrevaloradas en la sociedad moderna. A este respecto, “Navidad en casa” se aleja de los estereotipos incluidos en las típicas comedia románticas estadounidenses a golpe de humor sarcástico.
En suma, aunque “Navidad en casa” no es demasiado larga resulta una excelente serie que contiene grandes mensajes. Una historia fresca, cálida, muy divertida, y entretenida con la que echar un buen rato. Una alternativa a la programación habitual de esta época muy fácil de ver. Si bien el final de la segunda temporada no deja casi nadie pendiente, los fans de esta producción esperamos que se monten nuevos episodios para descubrir qué sucedería con Johanne en una hipotética tercera temporada tras su apasionado beso con Jonas (Felix Sandman).
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