“El Periodismo es ansia por narrar a toda costa lo que otros miran, pero no ven”
José Manuel Albelda Plaza siempre lo tuvo muy claro: quería ser periodista. Desde el momento en que se licenció en Ciencias de la Información en la Universidad Complutense de Madrid, su carrera profesional ha sido imparable: ha participado en la redacción de documentales especiales en Telemadrid, en la Cadena Ser o en Televisión Española. En la actualidad, compagina su puesto de trabajo en Telemadrid y la Academia de las Ciencias y las Artes de Televisión con su nueva faceta de blogger. Un periodista que disfruta con su trabajo y que intenta llevar la información allá donde llegan sus palabras y sus múltiples trabajo. A continuación, podemos conocer un poco mejor a este comunicador referente para futuras generaciones periodísticas.
P: ¿Por qué decidió estudiar Ciencias de la Información?
R: Decidí estudiar Ciencias de la Información, porque me fascina todo lo que tiene que ver con la imagen. Creo en la palabra, claro, porque soy periodista y me gusta escribir, pero creo aún con mayor convicción que nuestra civilización es, fundamentalmente, icónica. Y, si lo pensamos bien, las Ciencias de la Información tienen cada vez más que ver con la imagen que con la palabra escrita.
P: En una ocasión confesó que la película “Primera Plana” determinó su futuro profesional ¿nos puede desvelar el motivo?
R: «Primera Plana» me gusta no tanto porque sea una película sobre el mundo del periodismo, sino por su planteamiento: cuenta la historia de un tipo (Hildy Johnson) que quiere dejar su trabajo y su modo de vida, porque ha experimentado la tentación de sentar la cabeza, profesional y afectivamente. Sin embargo, el veneno de su vieja profesión le tiene tan intoxicado, que le resulta imposible dejar de ser quien es: en este caso, un periodista.
P: Comenzó a formar parte de la dirección de Documentales especiales en Telemadrid en el 2003, ¿qué ha aprendido con los años de su labor periodística?
R: Empecé a dirigir Treinta Minutos en el año 2001: en un principio, el formato del programa Treinta Minutos, creado en 1991, se concibió como un espacio de reportajes de media hora de duración; con el tiempo, empezamos a elaborar reportajes especiales más ambiciosos en duración y planteamiento, aunque bajo la misma cabecera: programas sobre acontecimientos históricos (bicentenario del «2 de Mayo», Constitución de Cádiz, Caída del Muro de Berlín), sobre personalidades destacadas de la política (Adolfo Suárez, Santiago Carrillo, Manuel Fraga) o sobre sucesos destacados de la actualidad (11-M, conflicto árabe israelí, etc…).
P: ¿Cuál es el reportaje que más le ha marcado?
R: Los reportajes que más me han marcado han sido dos sobre el mismo tema: la enfermedad mental. Fueron «Esquizofrenia» y «Con razón o sin ella» (sobre el trastorno bipolar). Aprendí mucho y, elaborándolos, envejecí un poco más rápido.
P: ¿Qué compromiso tiene que tener un periodista dedicado a reportajes?
R: El compromiso que debe tener el periodista especializado en reportajes en profundidad consiste en que debe sumergirse completamente en cada tema, en cada micro-universo, incluso hasta el punto de obsesionarse con cada parcela que descubre de la realidad: ya sea el mundo del tuneo de coches, los cazas F-18A, la cirugía plástica, el arte contemporáneo o la alta cocina. Cada reportaje que realizas te deja una huella profesional, afectiva -e incluso ética- que te acompañará siempre, allá donde vayas.
P: Ha trabajado en la Cadena SER y TVE gracias a becas, ¿qué importancia cree que tienen para estudiantes recién graduados en Periodismo?
R: Las becas periodísticas -remuneradas o no- me parecen excelentes escenarios para desempeñar la actividad profesional con la misma intensidad y desde el minuto 1 con el mismo grado de compromiso que los veteranos que llevan décadas de experiencia dentro de un medio de comunicación: todo depende de la predisposición y de las ganas de aprender que tenga el recién llegado a la profesión.
P: Realizó su carrera en la Universidad Complutense de Madrid, ¿qué opinión le merece las manifestaciones que los estudiantes están realizando desde hace meses en contra del sistema educativo?
R: Los sistemas educativos cambian: el tránsito entre las inercias del pasado y el advenimiento del futuro genera siempre incertidumbre. Las reivindicaciones, siempre que se hagan desde la reflexión y respeto hacia el otro, sea persona o institución, son interesantes, porque propician el debate.
P: Usted es miembro de la Academia de la Televisión, ¿cómo compagina esta labor con la de periodista?
R: Desde la Academia de la Televisión se tiene como objetivo la búsqueda de la excelencia en el ejercicio profesional y la reivindicación de contenidos de calidad que ofrecer a los espectadores. Estar dentro de una institución que tiene esas metas en el horizonte mientras ejerces tu trabajo diario es un refuerzo para no perder nunca la perspectiva.
P: Es uno de los grandes periodistas que tiene Telemadrid en la actualidad. ¿Cómo afronta su responsabilidad en una cadena pública?
R: Como el resto de mis compañeros, soy un periodista: un redactor, un reportero, que afronta la responsabilidad de tener que ofrecer la mejor información a las personas que tengo más cerca: los madrileños. Nada más; y nada menos.
P: Tiene un blog, “La vuelta al cine en diez películas”, para que un blog como el suyo tenga éxito, ¿qué se necesita?
R: «La vuelta al cine en diez películas» nace como consecuencia de mi absoluta obsesión por la que es gran pasión de mi vida: el Cine. Si me obligaran a punta de pistola a renunciar a todo lo que me importa en la vida menos una cosa, a renunciar a la música, a la literatura, a la cocina -sí, sí, cocino todo lo que puedo durante todo el tiempo que puedo-, me quedaría, sin duda, con el Cine, lo que yo llamo «el Arte Definitivo». Hay miles de blogs sobre cine, hay miles de críticos y de cinéfilos que elaboran listas; se me ocurrió que crear un blog que aunase crítica por medio de listas de diez fragmentos cinematográficos era una forma de hacer algo interesante y útil para quienes buscan destellos no siempre evidentes dentro del Séptimo Arte. Twitter ha sido mi principal herramienta de difusión.
P: Ha recibido varios premios, entre ellos el Tecnalia. Cuando uno es galardonado, ¿siente que su trabajo merece la pena?
R: Un premio es la consecuencia de que un colectivo, una institución, un organismo, ha detenido su mirada en un fragmento de tu trabajo y lo ha valorado. El periodista, agitado siempre por la prisa y por la urgencia de la actualidad, no repara muchas en la repercusión que tienen algunos de sus trabajos. No repara hasta que, un buen día, alguien que tiene autoridad o prestigio le dice: «Detente un minuto: ¿sabes que aquel reportaje tuyo ha cambiado ciertas cosas, ha movilizado conciencias? Es justo reconocértelo». Más que el premio en sí, lo que más gratifica al periodista es tener la constancia pública de que un trabajo, por modesto que sea, pueda hacer que la realidad se transforme para mejor.
P: ¿Ha pasado momentos tan duros en la profesión que se haya planteado dejarla?
R: Siempre hay momentos duros en el ejercicio de esta profesión: tener que sentarse como imputado ante un juez porque -es un ejemplo- un desalmado ha decidido querellarse contra el mensajero, es decir, contra ti, es un trago desagradable. No obstante, al final, siempre compensan las ingratitudes de este trabajo porque, en el fondo, esta profesión es como el río de Heráclito, siempre cambiante, siempre fascinante.
P: ¿Cuáles son sus proyectos de futuro más inmediatos?
R: En estos momentos estoy dirigiendo el proyecto ZOOM, un nuevo espacio de reportajes dentro de los Telenoticias de Telemadrid. Se trata de reportajes de dos minutos y medio de duración que amplían fragmentos de la actualidad cotidiana con el fin de que el espectador los observe desde una perspectiva diferente.
P: ¿Qué consejo podría dar a los estudiantes de Periodismo?
R: Si de verdad sientes discurrir por tus venas el veneno de esta profesión (ese veneno se sabe y se nota pronto) ten bien presente que, pase lo que pase, desde el mismo momento en que cruzas el umbral de la puerta de la facultad y empiezas a cursar el primer año de carrera, eres más que un simple estudiante: eres ya un periodista. Que puedas ejercer o no es otra cosa. Y que te quede camino curricular por recorrer, también es otra cuestión. Pero, desde que aceptas el destino de convertirte en periodista eres periodista. Porque el Periodismo es un sentimiento, una concepción del mundo, un ansia por narrar a toda costa lo que otros mira, pero no ven.
Periodista versátil con experiencia en redacción, liderazgo y gestión de comunidades online, comprometida con la difusión de información relevante y la creación de contenido impactante