Crónica: Ambite

Una maravilla de la Comunidad de Madrid

Cada verano, miles de pueblos de toda España están a rebosar de gente. Y es que en la época estival nuestro país se viste de gala y todos vamos de pueblo en pueblo y de fiesta en fiesta. Además, en muchas ocasiones, parte de las vacaciones de los más pequeños de la casa transcurren en el pueblo que ha visto crecer a sus padres o abuelos. Se podría decir que ese es mi caso, y por eso quiero compartir con todos los lectores la descripción de un lugar con el que tengo una conexión muy especial: Ambite, un pequeño pueblo rural de la Comunidad de Madrid. Si todavía seguís de vacaciones y no tenéis plan, os recomiendo visitar este pueblecito poco conocido de la capital. Pero antes de eso, os invito a leer la crónica de este sitio tan especial para mí.

Sus calles me han visto crecer y os aseguro que siguen prácticamente iguales que cuando crucé por primera vez el cartel del pueblo. Puede que sea cosa mía, pero en este lugar, el tiempo se para y los problemas dejan de ser menos problemas. Cada hora repican las campanas y una se da cuenta de que el tiempo es oro y merece la pena vivirlo en un sitio como éste.

Si sois lectores asiduos a esta plataforma virtual, sabréis que desde el principio siempre hemos tenido en mente daros a conocer lugares que por unas circunstancias o por otras nosotras conocemos bien, por lo que es el momento perfecto para empezaros a contar qué tiene de especial este pueblecito.

Ambite se halla en un entorno natural privilegiado de la Comunidad de Madrid, en la Comarca de las Vegas. Así, es considerado uno de los municipios madrileños con mayor superficie verde. El pueblo se extiende 26 kilómetros y se encuentra a una altura de 682 metros. 

El municipio se localiza a 61 km al este de la ciudad de Madrid y además limita con Mondéjar, el primer pueblo de Guadalajara por lo que visitar Castilla-La Mancha está a un paso. Además, se encuentra próximo a importantes ejes de comunicación, como son la A-3 y R-3 y con localidades cercanas por donde circula la A-2. Para acceder al pueblo, hay una carretera un tanto estrecha y llena de curvas que comunica municipios cercanos como Villar del Olmo y Orusco con Ambite. Por supuesto, estos pueblos también son dignos de ver.

Ambite descansa sobre el río Tajuña (de ahí su nombre) y sobre una inmensa meseta donde se acomoda la conocida vega por las que surcan numerosos arroyos de agua, haciendo posible los huertos y las cosechas. Las acequias del municipio son herencia de los árabes, quienes modificaron los sistemas de regadío. Y es que durante el tiempo que los árabes permanecieron en la Península, Ambite fue repoblado. El río tiene su importancia en este pueblo ya que conjuga perfectamente el paisaje, la vegetación, la flora y fauna. Este privilegio natural ha estado amenazado por la pretensión de un gran grupo empresarial especializado en la extracción de calizas, cuya intención era instalar en la comarca una cantera. El pueblo se negó ya que la implantación de esta cantera afectaría a otras localidades vecinas.

Ambiz, Ambia… y por último Ambite. A lo largo de la historia, el pueblo ha experimentado diversas transformaciones, no sólo en el nombre como se puede observar. El municipio siempre se ha definido como uno de los lugares de reposo y de descanso de la corte. La mayor metamorfosis se produjo bajo el reinado de los borbones, cuando Carlos III acometió reformas urbanas. Así, numerosas fuentes fueron instaladas con el objetivo de aprovechar los manantiales. La más emblemática es la Fuente del Arca en la que se asentaban los primeros moradores del pueblo.

Según los restos arqueológicos encontrados, los primeros asentamientos humanos en Ambite se produjeron hace siglos y fueron tribus celtíberas. En la actualidad, la población es escasa y debido al excelente entorno natural, la base agrícola es su modo de vida. A pesar de este vacío poblacional, este municipio del sureste madrileño recibe numerosas visitas en Semana Santa y en el periodo estival. No obstante parece que en los últimos años se está recuperando el pulso demográfico gracias a los nuevos procesos residenciales y al fenómeno migratorio.

¿Qué ver en Ambite?

En cuanto a las fiestas, las patronales son el 3 de mayo. Las fiestas de la localidad dan comienzo con el popular “Canto de los Mayos a la Virgen” en la medianoche del 30 de abril. Esta tradición precede a diversos actos religiosos. Durante estos populares festejos, la tauromaquia también hace acto de presencia. Encierros y novilladas dan paso a las actividades lúdicas. Estas fiestas giran en torno a la exaltación de la Santísima Cruz, a través de ofrendas florales, misa y procesión. También cabe destacar el Día de la tortilla que se celebra el 3 de febrero en honor a San Blas. 

El monumento más célebre es el Palacio del Marqués de Legarda construido en el siglo XVII. Se ubica sobre una colina del margen derecho del río Tajuña. Junto al palacio se observa una encina que tiene su propia leyenda. Esta milenaria encina, con sus más de 20 metros está catalogada como una de las más grandes de España. Se dice que sus bellotas determinan el futuro de las parejas.

“En la Edad Media un guerrero venía a sentarse a la sombra de la encina en compañía de una hermosa doncella. Un día marchó a la guerra el caballero y desde entonces todas las tardes venía a llorar la doncella al pie del árbol, y después tocaba una rama. Pasó mucho tiempo sin tener noticias de él y volvió a llorar a la encina, pero ya sin esperanzas de verlo. Las ramas que tocó en el primer tiempo dieron desde entonces fruto dulce y las restantes fruto amargo. Mezcladas en el suelo, la tradición afirma que la felicidad de los novios depende del sabor de estos frutos”.

En los últimos años, la fama del pueblo se ha incrementado por el rodaje de diversas series de televisión en los entornos de Ambite, en especial, en la zona del Palacio. Así, si sois un poco observadores, podréis observar que la serie «Tierra de lobos» tiene escenas en este maravilloso lugar.

Igual importancia tiene la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, construida en el siglo XVI. La Iglesia ha sido recientemente rehabilitada presentando un inmejorable aspecto para su visita. Otro de los puntos de interés es el Ayuntamiento, ubicado en la Plaza del Caudillo, 1.

El Parque Forestal Daniel Iglesias situado cerca de la zona recreativa, es uno de los lugares preferidos de los más pequeños ya que con un poco de paciencia, las ardillas se dejan ver en los pinos carrascos. Cabe mencionar las Vías Verdes, resultado de acondicionar los antiguos trazados ferroviarios que llevaban tiempo en desuso y que ahora están disfrutando ciclistas y caminantes. El camino se abre paso gracias a una senda roja, asfaltada, y prácticamente llana, completada con paneles informativos.

Hace unos años se inauguró la piscina municipal a la que podían tener acceso todos los ciudadanos. Hasta el momento, sólo los privilegiados que tenían piscina propia podían disfrutar de un baño en los meses más calurosos. Junto a la piscina se abrió también un bar que se llena cada noche de verano, aunque se encuentra bastante cerca del cementerio del municipio. 

En los últimos años se han construido numerosas casas, sobre todo en la zona del pinar, lo que conlleva un auge demográfico, tan necesario para el municipio cuya pirámide en forma de bulbo, muestra una población envejecida. Es muy triste observar como este pueblo que a principios de verano se llena de niños y no tan niños, se queda vacío durante los meses de invierno, por lo que os animo a visitarlo en cualquier época del año, porque siempre es un buen momento para impregnarse de su historia. 

1 comentario en “Crónica: Ambite”

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