Luz infinita
La Navidad es mi época preferida del año, me encanta hacer planes con mis seres queridos durante diciembre y principios de enero. Si bien soy muy tradicional y disfruto recorriendo el alumbrado de las calles de Madrid, que como tantas otras ciudades ya se ha vestido de gala para la ocasión, lo cierto es que la iluminación que más me ha hechizado es la del Real Jardín Botánico. Este hermoso emplazamiento ubicado en la Plaza de Murillo número 2 se transforma en estas fechas tan señaladas para albergar Naturaleza Encendida que es una experiencia inmersiva y llena de luz. Y es que una vez más la productora y promotora de espectáculos LetsGo ha vuelto a sorprenderme con un increíble despliegue de tecnología multimedia para esta propuesta titulada “Origen: surge la vida al caer la noche”.
Hace unos días las intensas lluvias registradas en Madrid obligaron al cierre del Real Jardín Botánico por lo que las entradas para el espectáculo lumínico Naturaleza Encendida de muchos asistentes fueron canceladas. Para compensar el percance esta experiencia se ha prorrogado hasta enero y yo ya os adelanto que la espera merecerá la pena porque se propone un palpitante viaje al corazón de la naturaleza y al origen de los seres vivos a través de la micología.
Como consejo previo, os emplazo a que acudáis con algo de tiempo ya que se forma una cola bastante extensa en la entrada del recinto. Asimismo, os subrayo que acudáis abrigados porque no hay que olvidar una obviedad y es que se trata de una actividad que se celebra al aire libre en pleno invierno. Igualmente, os recomiendo que acudáis con el estómago lleno pues únicamente hay puestos de chocolate caliente.
La exploración por el mundo de los hongos resulta fascinante desde el inicio del recorrido. Me ha sorprendido el exquisito cuidado que se ha tenido en el despliegue de luces, donde no queda nada al azar, está todo muy bien calculado para que no haya huecos de iluminación. Desde luego, el espectáculo de luz y color es precioso y luce mucho, nunca mejor dicho, por desarrollarse a oscuras. Asimismo, me parece que la organización del evento es muy buena. Hay personal en cada esquina, con trabajadores atentos de que no haya colapsos y de que nadie se pierda en este recorrido que, todo sea dicho, se concibe como un homenaje a uno de los conjuntos de seres vivos más antiguos que se relacionan con el origen de la vida, los hongos, que poblaron la Tierra antes que los animales y las plantas.
Lo que menos me ha gustado de esta experiencia, aunque no hay que considerarlo como algo necesariamente negativo sino como un apunte constructivo, es la falta de variedad. Al principio sí, resulta súper impactante y te maravilla toparte con siluetas reconocibles como la del champiñón silvestre, pero al rato tantas luces led de setas se sienten repetitivas. Personalmente, y lo digo con conocimiento de causa porque me fascina visitar el Real Jardín Botánico, considero que se pueden implementar temáticas diferentes. El lugar ofrece muchas posibilidades y se podría desarrollar, por ejemplo, un área iluminada de plantas marinas e incluso simular enredaderas con las luces como si estuviéramos en una jungla. De igual manera, considero que tendría más impacto si se apuesta más por el elemento musical y se sincronizara de alguna forma con los destellos. Tal vez la inclusión de sonidos fantásticos como si estuviéramos en un bosque encantado (con la resonancia de un riachuelo de fondo) le habrían venido muy bien.
A pesar de mi sugerencia, me parece un plan muy especial y diferente para hacer esta Navidad en familia. A los más pequeños seguro que les llama la atención tanto colorido y formas. Claro que también me parece ideal para disfrutar en pareja por la intimidad y magia que desprende. Seguro que hay por ahí más de un par de enamorados soñando con esa cita agarrados de la mano contemplando un horizonte de luz infinita.
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