“La ficción promueve la idea de una mujer que nada tiene que ver con la mujer real”
Quien habla es la actriz Pilar Massa. Se lamenta de que la industria cultural promueva la figura de una mujer irreal y que no arriesga a la hora de contratar a mujeres mayores. Este pesimismo frente a la industria contrasta con la pasión que le tiene hacia la interpretación. Aunque confiesa que le encantaría ganar la lotería para retirarse, sólo escuchándola parece improbable para esta actriz criada en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (RESAD) que con tan solo 24 años ya apuntaba maneras. Porque por encima de todo, tal y como confiesa, ama al teatro. De momento, Massa dirige “El notario” y representa a Erasmia, una mujer de 50 años víctima en una sociedad conservadora e incapaz de romper con la estricta moral que imperaba en los años 70 y de la que todavía hoy quedan residuos.
P: En “El notario” interpretas a Erasmia, una mujer que se queda viuda y que se vuelca en que su hija encuentre un buen pretendiente. ¿Por qué te involucraste en este papel?
R: Primero porque no hay muchos personajes interesantes para mujeres de mi edad. No quería contar historia de amor, de parejas, de mi marido me deja. Estoy un poco harta de eso. Segundo porque me gusta representar y vivir personajes lejanos a mí y afrontarlos de la manera más natural posible. Y tercero, porque el anterior papel que hice era una jefa de recursos humanos y de pronto me apetecía ponerme la bata, el moño de una señora de pueblo.
P: ¿Sientes que a tu edad tienes dificultades para encontrar papeles?
R: Siento que hay dificultades porque los guionistas no escriben historias interesantes para mujeres de mi edad (54) cuando paradójicamente tenemos tanto vivido, entendemos tanto la vida.
P: ¿Qué temas te gustarían para tu edad?
R: Envidio a las actrices americanas. De pronto pones “The Good Wife” y ves a mujeres juezas, abogadas, fiscales… Son mujeres maduras, tienen hijos mayores… Te crees su personaje porque la edad va en consonancia con lo que les pasa a estas mujeres. No es tanto que no haya papeles, es que los papeles que hay para mujeres de nuestra edad los representan mujeres de 30 años. Ni critico su talento, pero las actrices de 30 tienen que interpretar papeles de mujeres de 30 años. Las de 50, papeles de mujeres de 50. Hice un papel de televisión y una compañera de 20 envenenaba a un hijo de 10. Eso está pasando en España. Y la ficción que tiene que reflejar la sociedad y estamos llevando a la gente al equívoco. Ves en la televisión mujeres monísimas y en la calles ves a mujeres gordas, viejas, con arrugas. Se está promoviendo la idea de una mujer que nada tiene que ver con la mujer real.
P: ¿Hasta qué punto crees que la industria está concienciada con la igualdad entre los hombres y las mujeres?
R: Creo que hay mucho postureo. Mucho sí, sí, pero no hay conciencia real y valiente. Yo trabajo y no me quejo, pero hay muchísimas compañeras con mucho talento paradas en sus casas.
P: ¿Te has sentido rechazada por tu edad?
R: Muchísimas veces. Pero no rechazada en el sentido feo de la palabra. Vas a los castings porque te dicen que hay un papel para una mujer de 50 años, no te lo dan y ves que le han dado a una chica de 35 años el papel de una mujer madura. No dudo de su talento, pero que no nos hagan perder el tiempo.
P: ¿Cuánto crees que puede ser la brecha salarial entre lo que cobra un hombre y una mujer en teatro?
R: No lo sé exactamente. Todos sabemos que esta brecha es real y que está comprobado, pero no lo hablamos. Sinceramente, no entiendo por qué estas diferencias. Me gusta la obra porque tiene ese toque de denuncia: los personajes son víctimas de la sociedad, es un monstruo que te atrapa.
P: En una entrevista hace unos años comentabas que era costoso actuar en Madrid, incluso arriesgado, pero que al final todo mundo quiere actuar aquí.
R: Es muy complicado, pero hay que contar las historias que queremos contar por encima de la comercialidad. Soy una ferviente defensora de trabajar en unas condiciones dignas, de cumplir los convenios. Soy una profesional y no puedo hacerlo de cualquier manera. Es difícil, pero ¿quién dijo miedo?
P: Actualmente estás trabajando con un texto de un dramaturgo griego. En el 2011 lo hiciste con uno anglosajón. ¿Cómo es la adaptación que haces para que ese texto funcione fuera de su hábitat natural, con unos códigos diferentes y que aun así tenga éxito?
R: Lo primero de todo es mandar a traducir la obra. Y si veo que tiene unos códigos muy distintos a los nuestros no la hago. Lo que intento es que lo temas sean atemporales, universales. En la obra a la que te refieres, “ContrAcciones”, hablaba de bullying en las multinacionales. Estuvimos en el teatro María Guerrero y tuvimos éxito porque era un tema candente, popular, y no importaba la cultura en la que viviéramos. Sigo haciendo obras extranjeras, pero ahora más mediterráneas. Si puedo entender la obra y afrontarla, la monto.
P: La obra es muy fálica. ¿Cómo es la lucha interna entre querer contar algo y no caer es los tópicos y estereotipos?
R: Tenía mucho miedo. La obra es muy divertida, pero es muy profunda, dramática y agridulce. Pero es que tenía que ser fiel a la obra. Y el público me ha dado la respuesta a ese miedo. Uno de mis maestros, Adolfo Marsillach, me enseñó a creer en un público inteligente. Si tú al público le das porquería se acostumbra a eso. Si le das calidad, el público lo entiende. Y el público ha entendido ese línea delgada que hay entre la calidad de la función y que es una obra picantona y simpática, incluso a pesar de Doña Erasmia.
P: ¿Erasmia hubiera salido a la manifestación del 8M?
R: Yo creo que no. Ella cree fervientemente en cumplir la estricta moral del pueblo.
P: Vaya. No me lo esperaba.
R: Para ella lo más importante es cumplir con la moralidad. Ella, según va avanzando la obra, se va poniendo más enferma, más rabiosa precisamente por no acatar su sexualidad o su libertad. Ella es una víctima de la sociedad y está más pendiente del qué dirán. Y creo que no hubiera participado en una manifestación que habla de la liberación y de la igualdad.
P: ¿Crees que los derechos de las mujeres están en peligro con la irrupción de Vox?
R: No, porque las mujeres estamos ahí. Y también tengo que decirte que me parece inaudito que en los tiempos que corren salgan partidos como estos. Creo que hay que ir hacia unas políticas más sociales, más feministas… Y el papel de la educación debe ser fundamental para que los niños crezcan en la igualdad y el de la cultura para que sirva como fuente de inspiración y sea la base de comportamiento.
P: Hace unos años comentabas que U2 se te salió por las orejas para uno de los personajes que interpretaste. ¿Se te salen por las orejas los calabacines tras este trabajo?
R: (Risas). Desde luego. A mis compañeros, al regidor… A todos nos salen los calabacines por las orejas. Es curioso porque Erasmia planta de todo en su huerto, pero sólo crecen los calabacines.
Periodista y desarrollador web