La ciudad de las tres religiones
Apenas 70 kilómetros separan Madrid y Toledo, la capital de Castilla-La Mancha. En menos de una hora podéis plantaros en la Ciudad de las Tres Culturas y conocer uno de los lugares con más historia de España ya que antaño fue un crisol de culturas, conviviendo musulmanes, cristianos y judíos, y esa mezcla de estilos y tradiciones todavía se respira en la actualidad. Una de las imágenes icónicas es la vista panorámica desde cualquiera de los miradores del río Tajo pero hay muchas más porque, entre tanta subida y bajada de cuestas y callejones angostos, descubrimos un patrimonio histórico y artístico muy relevante. Y es que si El Greco, pintor del final del Renacimiento, decidió quedarse en esta urbe marcada por los colores rojizo, ocre y tierra por algo sería.
Si nunca habéis visitado Toledo, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1986, os recomiendo primeramente que elijáis calzado cómodo porque es una ciudad para explorar a pie. Os aconsejo además que subáis por las escaleras mecánicas ubicadas en el Paseo de Recaredo para llegar al casco antiguo, delimitado por las murallas, de la forma más rápida y saludable porque ya habrá tiempo durante el paseo para seguir subiendo cuestas.
La plaza por excelencia, y principal punto de encuentro como si fuera mi querida Plaza Mayor de Madrid, es Zocodover que converge en la calle Comercio. Ésta es una de las más comerciales y donde podréis probar el tradicional mazapán además de adquirir una espada ya que es otro de los souvenirs más típicos y hay muchos establecimientos repartidos por el casco antiguo que las venden, algunas incluso han sido utilizadas en películas.
Muy cerca se ubica la Catedral de Santa María y en la misma plaza se sitúan el Ayuntamiento y el palacio Arzobispal. Se trata de la segunda catedral gótica de España, tras la catedral de Sevilla, y como apunte he de decir que los domingos la entrada es más barata para los españoles. Otro de los símbolos de la ciudad es el Alcázar de Toledo, fortaleza que actualmente alberga el Museo del Ejército.
En la ciudad en la que nació el escritor Garcilaso de la Vega también se ubica el Monasterio de San Juan de los Reyes mandado construir por la Reina Isabel para conmemorar la victoria en la batalla de Toro y el nacimiento de su hijo Juan. No hay que perderse tampoco la pintura “El Entierro del Señor de Orgaz” en la iglesia de Santo Tomé. Como sabréis, se trata de una de las grandes obras artísticas de El Greco. Y es que desde 1577 el pintor griego se asentó en Toledo, que por aquella época era una de las ciudades más grandes de Europa, produciendo sus obras de madurez.
La capital castellano manchega es en sí misma una gran postal con increíbles vistas como las que se contemplan del río Tajo a su paso por la ciudad. En este contexto, os recomiendo adentraros también en el barrio de la Judería que está repleto de callejones muy estrechos aunque lo primero que verdaderamente os llamará la atención serán las sinagogas judías. En Toledo también cobra especial relevancia la religión de la media luna destacando la mezquita de Bab al-Mardum, conocida ahora como iglesia del Cristo de la Luz, una buena muestra de arte islámico.
Para despedirse de la ciudad os recomiendo cruzar la Puerta de Bisagra que, si os fijáis detenidamente, cuenta con el escudo de Carlos V que convirtió a Toledo en la capital imperial durante su reinado. Y antes de marcharos mi consejo, especialmente para los más nostálgicos, es que paséis por Central Perks, una cafetería inspirada en la mítica serie de NBC “Friends”. Este establecimiento cuenta con un gran sofá imitando la decoración de la ficción homónima e incluso en la carta los propios protagonistas se ven también homenajeados con postres con sus nombres.
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