Una película de animación sobre el duelo y la fraternidad
Si os habéis suscrito a Disney+ y no sabéis por dónde empezar os recomiendo que le hinquéis el diente primeramente a “Onward”, película de Pixar estrenada el pasado 6 de marzo que estuvo por un tiempo limitado en las salas de cine debido a la irrupción de la pandemia del coronavirus. Una cinta que presenta a dos hermanos elfos adolescentes que se embarcan en una disparatada misión para descubrir si aún reside algo de magia en su particular mundo de fantasía. Si bien no está a la altura de otras obras maestras de la factoría, el punto de partida de este título, mostrando a los dos huérfanos (con el más pequeño sin siquiera guardar recuerdos de su padre) intentando recuperar la imagen de su progenitor resulta especialmente conmovedor, dando paso a una divertida aventura que cuenta con momentos brillantes.
Si bien “Onward” es considerada una película menor de Pixar, de esas que no te van a acompañar el resto de tu existencia pero que ahí están, a mí me parece que la historia, que ahora está disponible en la plataforma de streaming en España, es muy emotiva y recomendable. Nos encontramos ante una producción dirigida por Dan Scanlon, el cineasta que está detrás de “Monstruos University”, que para esta ocasión ha recurrido a su propia biografía personal ya que él también perdió a su padre cuando era un crío y no guarda apenas ningún recuerdo. Es decir, que nos cuenta cómo el director superó el duelo de la muerte de su progenitor. En este sentido, nos encontramos ante una apuesta sincera y sin dobleces que está protagonizada por dos elfos que recurren a toda clase de hechizos y sortilegios para traer de vuelta a su padre fallecido por una enfermedad.
Pero más allá de esa idea de recuperar la magia, de la aceptación de la pérdida y de la iniciación en la edad adulta, lo mejor es que la película explota el amor fraternal. A pesar de que nos encontramos ante dos personajes muy distintos, porque Ian acaba de cumplir 16 años y se pasa los días angustiado por prácticamente todo mientras que el mayor (Barley) no se preocupa por nada que no tenga que ver con la brujería, ambos viven marcados por la muerte de su padre y consiguen unirse para afrontar el duelo. De hecho, los dos logran que las piernas de su progenitor vuelvan a la vida aunque, claro, éstas son incapaces de hablar aunque sí que se comunican con los protagonistas de una manera particular y les ayuda a resolver sus diferencias.
Otro de los puntos fuertes de “Onward” es la inclusión del primer personaje abiertamente LGTBIQ en Pixar: una cíclope lesbiana que revela su orientación de manera normal. No obstante, se trata de un personaje sin peso alguno en la trama, secundario, por lo que la oficial de policía Specter apenas aporta visibilidad y se entiende más como un tímido guiño al colectivo.
Del mismo modo, este entretenido título también atrapa por su impecable factura visual que, por otra parte, siempre imprime Pixar en sus películas al igual que su habilidad para equilibrar los momentos más amargos con aquellos más dulces.
Y un apunte más. “Onward” se ha estrenado el mismo año en que se cumple el 25 aniversario del lanzamiento de la primera película de Pixar, “Toy Story”, que revolucionó por completo el mundo de la animación.
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