Hollywood, esa fábrica de sueños despiadada
Desde la desaparición y posterior encuentro del cadáver de la actriz Naya Rivera, ha cobrado relevancia la leyenda sobre la maldición de la serie “Glee” de Ryan Murphy. Precisamente hoy os recomiendo otra de las ficciones de este prolífico productor titulada “Hollywood” que está disponible en Netflix desde su estreno el pasado 1 de mayo. Este título nos presenta una historia de ficción que se desarrolla en un contexto real con el objetivo de reflejar lo que muchos actores y actrices tuvieron que hacer para alcanzar sus sueños y convertirse en leyendas. En otras palabras, el director reescribe la historia de Hollywood para romper con los estereotipos sin olvidarse de que la realidad de la industria ha estado marcada por el racismo, el machismo y la homofobia.
Desde “American Horror Story”, pasando por “The Politician” y “Pose” hasta “Hollywood”, los títulos de Ryan Murphy nunca dejan indiferente por la manera tan peculiar y adictiva que tiene este director de contar historias. Su propia biografía ya engancha ya que si bien antes de ser un reconocido productor de televisión trabajó como reportero para The Miami Herald, Los Angeles Times y Entertainment Weekly, su talento fue descubierto por el mismísimo Steven Spielberg que le compró “Why Can’t I Be Audrey Hepburn?”. Pero más allá de centrarme en las cosas que (posiblemente) no sabíamos de este reconocido guionista, quiero hacer hincapié en su última producción en la que revela el lado oscuro del Hollywood de finales de los años cuarenta.
Esta serie de Netflix ahonda en el complicado mundo de las audiciones y especialmente en el proceso de construir estrellas, mostrando algunos de los abusos que han tenido lugar en la industria del cine. Pero Ryan Murphy narra la historia de una manera muy original, presentando en apenas siete episodios una imagen idealizada de un Hollywood que nunca fue.
Por tanto el ingrediente que más atrapa de esta serie es el juego con los espectadores que tienen que investigar si lo que se cuenta ha sucedido o no en la realidad. Y más de uno se llevará una sorpresa porque, por ejemplo, el hecho de que la gasolinera de Ernie (que funciona como prostíbulo) sea uno de los puntos centrales de la narración no es casual ya que está inspirada en la historia real de Scotty Bowers que manejó una red de servicios sexuales en Hollywood Boulevard.
También llama poderosamente la atención que se ahonde en el racismo que siempre ha existido en Hollywood donde muchos actores y actrices a lo largo de los años han sido relegados a papeles secundarios solo por su color de piel. Además, la homofobia también ha estado presente y más de uno ha tenido que ocultar su preferencia sexual (como fue el caso de Rock Hudson, una de las grandes estrellas de los años cincuenta que tuvo que esconder su sexualidad para poder trabajar en la industria). En colación a esto también se relaciona el abuso de poder que en este caso es representado por Henry Willson. Este súper agente de las estrellas interpretado por Jim Parsons, que regresa a la pantalla tras el final de “The Big Bang Theory”, también existió en la vida real.
Otra de las historias verídicas que articulan el arco argumental de la serie es el suicidio de Peg Entwistle. La actriz se tiró al vacío desde lo alto del letrero de Hollywood el 16 de septiembre de 1932. Tenía 24 años y, tras no recibir apenas papeles, entró en una profunda depresión que le llevó a beber alcohol sin freno y, en definitiva, a precipitar su desenlace. En la serie, un guionista homosexual (y también afroamericano) cuenta este hecho en una cinta titulada «Meg».
En suma, esta miniserie de Netflix se atreve a imaginar una cara distinta para la meca del cine, exponiendo un sueño de libertad y haciendo de la industria el paraíso de la inclusión que nunca ha sido.
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