La Provenza española
Los campos de lavanda en floración se han erigido como uno de los principales atractivos turísticos de Brihuega (Guadalajara) por donde desfilan cientos de turistas cada mes de julio antes de que se produzca la siega. Por tanto, durante el verano es la mejor época para hacer la escapada a la comarca de la Alcarria, con este arbusto aromático alcanzando su mayor esplendor de color. De todas formas no hace falta que este territorio se tiña de morado para ofrecernos un chute de coloridos paisajes dado que cada rincón comprende un encanto especial. Y es que además de dejarnos embriagar por su entorno natural, desconectando de la rutina, merece la pena darse un paseo por el casco antiguo, perderse por las calles hasta llegar al Ayuntamiento y continuar hacia el castillo.
Conocí la existencia de Brihuega por pura casualidad cuando mi mejor amiga me invitó a conocer su pueblo Valdeavellano en 2015. En apenas unos años, este término municipal de Castilla-La Mancha ha ganado fama como paraíso de lavanda hasta el punto de que cada vez son más los instagrammers que comparten imágenes con la floración alcanzando su máximo esplendor como escenario.
Si bien la floración de los cerezos en el Valle del Jerte (Cáceres) se produce entre finales de marzo y principios de abril, esta característica flor de color lila azulado con forma de espiga se puede admirar en su momento de mayor apogeo cada mes de julio. Así que ya tenéis un plan para apuntar en el calendario de 2022. Eso sí, para disfrutar de esta hermosa estampa, y dejarse extasiar por una absoluta sensación de paz, os recomiendo que os desplacéis cómodamente en vuestros vehículos puesto que junto a la carretera se disponen rincones para aparcar el coche. Os recomiendo también que escojáis prendas de color blanco puesto que si os tomáis alguna fotografía el contraste con la lavanda queda más espectacular. Claro que las abejas (los campos están poblados) perciben este color así que hay que tener cuidado sobre todo si tenéis alergia a la picadura de este insecto. Por lo demás, el sentido del olfato se activa instantáneamente.
Situada a poco más de una hora de Madrid, Brihuega es ya conocida como la Provenza española, y si bien todo gira en torno a la lavanda, cuya esencia es empleada para la producción de perfumes, también sorprende por su rico patrimonio que se puede contemplar en cualquier época del año. Dicho de otro modo, este espectáculo de la naturaleza cautiva pero hay mucho más que atrae de este territorio declarado Conjunto Histórico-Artístico en 1973. Lo primero que salta a la vista son las calles decoradas con este ornamento y las tiendas que presumen en sus escaparates del producto estrella.
No obstante, de mi caminar por Brihuega también me ha fascinado el castillo de Peña Bermeja que fue construido a finales del siglo XI y que se encuentra en la parte baja de este territorio. Lo que más me ha llamado la atención es que en el interior de la fortificación se halla el cementerio y una capilla. Asimismo me ha impresionado la Iglesia de Santa María de la Peña que transita entre el románico y el gótico y en la que destaca su elevada torre. Y, por supuesto, me ha asombrado la cantidad de fuentes con las que me he topado durante mi ruta exprés.
En conclusión, Brihuega es el destino ideal para una escapada perfecta y, sobre todo, pintoresca.
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