Crítica: Candlelight

Velada mágica bajo la luz de las velas

Este verano Candlelight se ha erigido como la propuesta más exclusiva de todo el panorama musical. Se trata de actuaciones inmersivas bajo la luz de las velas en espacios cuidadosamente elegidos como el Círculo de Bellas Artes donde el pasado sábado 29 de julio cuatro músicos profesionales rindieron homenaje a Walt Disney a través de un recorrido por las bandas sonoras más míticas de las películas del estudio de animación estadounidense. En este ciclo de conciertos programado por diferentes provincias españolas como la Comunidad de Madrid, la Comunidad Valenciana, Cataluña, País Vasco, Aragón y Andalucía tienen cabida diferentes estilos y versiones de legendarios grupos de rock y de pop así que únicamente tenéis que escoger el que más se adapte a vuestras preferencias.

Tras mi reciente viaje a Disneyland Paris, Candlelight: Bandas sonoras mágicas se ha convertido en una experiencia musical en vivo sumamente satisfactoria. He crecido con los clásicos Disney y soy consciente de la importancia que atesoran dentro de la historia del cine de animación así que este plan ya de primeras se tornaba ideal. Lo cierto es que mediante las stories de Instagram me habían aparecido previamente anuncios sobre este ciclo de conciertos que prometen al público instantes sensoriales diferentes y originales. Ahora doy fe de que Fever organiza recitales altamente embriagadores.

La localización es lo primero que me ha llamado la atención de Candlelight: Bandas sonoras mágicas pues el evento se ha celebrado en la Sala Fernando de Rojas del Círculo de Bellas Artes. Este centro cultural fundado en 1880 es conocido principalmente por su terraza con vistas panorámicas a la capital, pero también porque acoge una amplia variedad de exposiciones, talleres, proyecciones de cine y, por supuesto, conciertos como el propuesto por Fever bajo la luz de las velas. Esta espectacular ambientación basada en la iluminación tenue es el gran atractivo de la velada pues las miradas se pierden bajo el cálido e hipnótico alumbrado y el sonido de los instrumentos de fondo. Eso sí, para evitar cualquier riesgo de quemaduras, las velas carecen de llama. No hace falta. La escena resulta igualmente realista con tanto parpadeo y brillo consiguiendo que el plan se disfrute de una forma más íntima e introspectiva.

Recomiendo comprar entradas para la zona A (también existe la zona B, el primer anfiteatro y el segundo anfiteatro) y acudir con cierta antelación para tomar un buen asiento en este mágico lugar iluminado con la luz de las velas. Y es que las butacas seasignan a la llegada según el tipo de ticket que se ha adquirido. Si bien los aproximadamente 65 minutos que dura el concierto se pasan volando, hay que subrayar el magnífico y apasionado trabajo que realiza el cuarteto de cuerda Matrice cuyos integrantes procuran, a la vez, mantenerse como protagonistas y en un segundo plano ante tal puesta en escena. La carta de presentación de los músicos, dispuestos sobre las tablas de negro y sujetando con esmero sus violines y violonchelo es “Married Life”, de la película “UP”. A continuación, suenan temas icónicos de la factoría como “Hay un amigo en mí” de “Toy Story”, “Let it go” de “Frozen” o “Colores en el viento” de “Pocahontas”.

Durante la velada, y aunque faltan referencias a algunos clásicos dorados como “Blancanieves”, “Pinocho”, “Dumbo” o “El libro de la selva”, se hace un repaso bastante amplio abarcando películas de los años sesenta como “Mary Poppins” con los temas “Supercalifragilísticoespialidos” y “Migajas de pan”. En este sentido, y por mucho que uno de los músicos avise del repertorio de cada bloque, el concierto invita a prestar mucha atención a las notas para revivir las historias y rememorar a los personajes más emblemáticos como Ariel, Simba o Woody. Como os podréis imaginar, se crea una atmósfera muy nostálgica.

No es de extrañar que el público de Candlelight: Bandas sonoras mágicas sea tan variopinto pues hay personas de mediana edad que esbozan una sonrisa con “Soñar es desear la dicha” de “La Cenicienta” o con “¡Qué festín!”, posiblemente el tema más divertido de “La Bella y La Bestia”, pero a la vez los más pequeños pueden disfrutar y reconocer estas y otras bandas sonoras como “Bésala” y “Bajo el mar”, ambas de “La Sirenita”.

Personalmente, me ha gustado el popurrí de “El Rey León”, sonando entre otras, “Can you feel the love tonight?” que dota de otro ritmo al concierto. Ahora bien, aunque no es una queja, me ha convencido menos la inclusión de “Pure Imagination” de Willy Wonka” así como el bloque más dedicado a los superhéroes y aventuras que evoca a “Los Vengadores”, “The Mandalorian” y “Piratas del Caribe”. Una banda sonora esta última que, todo sea dicho, puede ser grabada por los asistentes lo que posibilita una mayor difusión en las redes sociales de estos recomendados ciclos musicales de Fever.

El objetivo de Candlelight es hacernos más accesibles las experiencias culturales y, bajo mi punto de vista, ofrece exactamente lo que se espera siendo un deleite para los oídos y para el corazón. La buena noticia es que hay más oportunidades para embelesarse con música. Sin ir más lejos, en la Comunidad de Madrid el próximo 4 de agosto tendrá lugar el Candlelight x Symphony: Lo mejor de The Beatles en el Ateneo, el 5 de agosto Candlelight: Cuatro Estaciones de Vivaldi en la Iglesia Evangélica de Habla Alemana, el 5 de agosto Candlelight Premium: Tributo a Coldplay en el Four Seasons Hotel, el 10 de agosto Candlelight: 100 Años de Warner Bros en el Ateneo, el 13 de agosto Candlelight: Anillos y Dragones en el Hotel Wellington y, en este mismo lugar, Candlelight: Tributo a Hans Zimmer el 17 de agosto. Asimismo, el 19 de agosto se celebrará Candlelight: Lo mejor deZelda en el Círculo de Bellas Artes, el 20 de agosto Candlelight: Tributo a ABBA en el Four Seasons Hotel y el 20 de agosto Candlelight: Tributo a Queen en el Hotel Wellington. El día 26 de agosto coinciden Candlelight: Anillos y Dragones en el Ateneo y Candlelight: Tributo a Ludovico Enaudi en el Círculo de Bellas Artes y, atención se repite Candlelight: Bandas sonoras mágicas en el Hotel Wellington.

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