Susto tras susto
Este 31 de octubre, víspera de la fiesta de Todos los Santos, quería hacer algo especial más allá de ver “Pesadilla antes de Navidad” y tararear “This is Halloween, this is Halloween, Halloween, Halloween…”. Pese a que la noche de brujas no es una celebración tradicional española se ha vuelto muy popular en las últimas décadas en nuestro país hasta el punto de que los niños (y no tan pequeños) se disfrazan y van de puerta en puerta pidiendo dulces o chucherías al son de «truco o trato». Asimismo, se organizan multitud de fiestas y eventos temáticos donde no faltan las calabazas talladas y la decoración espeluznante. Aunque para escalofriante el pasaje del terror “Invasión” donde he pasado una experiencia de miedo en un ambiente muy tenebroso.
“Invasión” se ha instalado en Micropolix del 20 al 31 de octubre, pero como soy una periodista muy asustadiza he esperado hasta el último momento para adentrarme en el pasaje del terror más grande de la Comunidad de Madrid. A pesar de que al equipo se nos ha ofrecido la posibilidad de realizar el recorrido en solitario sin otros asistentes valientes que sí han comprado la entrada, y que han llevado la pulsera de identificación distinta a la mía (la de prensa es de un apropiado color negro), he preferido disfrutar de esta experiencia con varias de estas personas que se han gastado adrede su dinero, concretamente con tres inquietos jóvenes, para conocer de primera mano sus impresiones y compartir una valoración mucho más completa. Digo esto porque el pasaje no me ha entusiasmado especialmente, sin embargo, a juzgar por la emoción palpitante de mis intrépidos acompañantes, ha sido la mejor experiencia para embriagarse del espíritu de Halloween.
Posiblemente, como se dice ahora, no tenía el mood idóneo para abrazar este sobrecogedor pasaje del terror. De todas formas, considero que se ha desperdiciado la oportunidad de utilizar los elementos del centro de ocio infantil Micropolis que está considerado como una ciudad para menores de entre 4 y 14 años. Y es que cuando pisas un pie dentro del recinto ubicado en el centro comercial Alegra de San Sebastián de los Reyes no sientes su inmensidad ni casi te das cuenta de que atraviesas su particular Puerta del Sol en miniatura. Me ha faltado algún coche derrumbado durante el trayecto, aunque hay algo peor que el mal aprovechamiento de las instalaciones y es la narrativa tan confusa.
En el inicio del pasaje se advierte de la existencia de una especie de insectos que infectan a los humanos y se nos insta a huir para evitar que acaben con toda la humanidad. Para ello, con las indicaciones de las fuerzas especiales, hay que atravesar las calles para llegar a un punto de control donde, si tenéis suerte, recibiréis un visado en el que se certifica que estáis libres de infección. Hasta aquí todo claro más o menos, pero chirría la realidad representada durante este peligroso recorrido. Y es que desconcierta por segundos seguir únicamente las luces y las instrucciones de los agentes ficticios.
En cualquier caso, las luces estroboscópicas crean una atmosfera muy siniestra y me ha gustado atravesar unas ha bitaciones que simulaban una mansión encantada. Desde luego, esta idea tiene más encanto que la simulación de una ciudad apocalíptica.
Si bien, bajo mi punto de vista, el precio de “Invasión” es un poco elevado para el entretenimiento que ofrece (cada entrada cuesta 13,50 euros) lo cierto es que se agradece que la experiencia se desarrolle en grupos reducidos porque, de algún modo, se siente más personalizada. Que no existan pases multitudinarios implica un intenso trabajo de los actores y actrices quienes todo el rato permanecen preparados para esconderse en los mejores huecos, repetir los sustos, seguirles a los caminantes y meterles un poco de miedo en el cuerpo. Desde luego el maquillaje y el vestuario de los intérpretes merece un aplauso, destacando especialmente el de varias personas de la orden monástica que se acercan a los visitantes con una linterna. Ahora bien, la improvisación a veces les juega una mala pasada a los intérpretes, sobre todo a un soldado que nos ha hecho unas preguntas un tanto fuera de lugar.
“Invasión” es un plan de terror recomendado para los seguidores de este tipo de eventos. Es decir, los visitantes comulgan con el principal objetivo de esta suerte de espectáculo que es asustar a los presentes mientras éstos avanzan en una estructura laberíntica conformada por pasillos y diferentes salas. Aquí os lo pasáis bien si verdaderamente os gustan las emociones fuertes y los sobresaltos porque sino vais a pensar que es una experiencia un tanto patética.
En definitiva, para quienes buscaban una descarga de adrenalina, “Invasión” es tan macabro y misterioso como se espera. Eso sí, este plan no está recomendado para menores de 12 años, personas con insuficiencias respiratorias, cardiacas o epilepsia, así como mujeres embarazadas.
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