Crítica: libro “No pasa nada y si pasa, se le saluda”

Un compendio refrescante de humor y perspectiva vital

En este momento de mi vida me siento un poco como Carla, la protagonista del libro “No pasa nada y si pasa, se le saluda” publicado en 2013 por la periodista y guionista Raquel Martos a quien doy las gracias por exponer cómo se puede pasar de sufrir a disfrutar. Y es que en esta historia editada por Espasa y encuadrada en el género de la ficción, la autora nos plantea qué se puede hacer cuando parece que no se puede hacer nada porque todo parece remar en contra. A lo largo de las páginas, narradas en clave de humor, pero con un trasfondo que hace reflexionar, la escritora nos sumerge en un viaje vital ameno y divertido donde nos encontramos con una amalgama de anécdotas corrientes que invitan a abrazar nuestra propia existencia con una sonrisa en el rostro.

Hay títulos a los que te rindes nada más verlos, es el caso de “No pasa nada y si pasa, se le saluda”. La trama del libro es cuanto menos llamativa pues se inicia con la operación de cuerdas vocales de una periodista radiofónica llamada Carla. Una intervención que marcará un antes y un después en su existencia pues la protagonista aprecia por primera vez el valor del silencio. Y es que para ella quedarse sin voz durante seis semanas en plena crisis personal y profesional pone su vida patas arriba. En este sentido, resulta fácil identificarse con la protagonista porque ¿quién no se ha replanteado alguna vez dar portazo a su trabajo o dar carpetazo a una relación sentimental tóxica?

De “No pasa nada y si pasa, se le saluda” me gusta sobre todo cómo Raquel Martos aborda con gracia el arte de tomarse la vida con calma y buen humor. A través de los sinsabores de Carla nos invita a reírnos de nuestras propias desgracias y a adoptar una actitud más relajada ante los avatares cotidianos. En otras palabras, nos anima a poner en perspectiva los problemas del día a día, un discurso que me ha calado especialmente porque me cuesta relativizar y no tomarme todo a pecho pese a que soy consciente de que es necesario en este mundo cada vez más acelerado y estresante que nos ha tocado vivir.

Más allá de alabar el estilo ágil y desenfadado de Raquel Martos, quien logra que establezcamos una conexión inmediata con Carla y que la lectura en sí se convierta en un verdadero placer, he de subrayar que el libro resulta tremendamente divertido y ameno de leer porque está repleto de referencias culturales (adoro las canciones que aparecen al inicio de cada semana) y humorísticas que enriquecen la lectura y que te hacen esbozar una sonrisa en cada página. Eso sí, en ocasiones adolece de cierta repetición de ideas, lo que puede hacer que resulte algo monótona en algunos capítulos.

Cabe subrayar que el libro presenta una estructura curiosa puesto que como la protagonista no puede hablar se diferencian claramente los mensajes que envía a través de WhatsApp de los que escribe en una pizarra para comunicarse con las personas que tiene delante. También hay unos cuantos mensajes de email que otorgan dinamismo a la lectura.

“No pasa nada y si pasa, se le saluda” es un libro sumamente recomendable para aquellos que busquen una lectura ligera y entretenida, capaz de sacarles una sonrisa incluso en los peores momentos. Y es que Raquel Martos nos brinda una visión refrescante y optimista de la vida, recordándonos que, al fin y al cabo, lo importante es aprender a reírnos de nosotros mismos y nuestros males y a disfrutar de este viaje llamado vida que todos compartimos.

En resumen, para mí este libro ha sido un respiro en medio del caos cotidiano porque, pese a que todo parezca abocado al desastre, ¡hay que vivir!

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