La fiesta del baile cubano
¿Qué vino antes?, ¿la música o la danza? En el caso de Cuba, las dos a la vez. La compañía de Litz Alfonso, reconocida por Michelle Obama, ha conseguido fusionar en una armonía perfecta una exaltación para las emociones, y las ha materializado en un espectáculo llamado Cubra Vibra en el Teatro EDP de Gran Vía en Madrid. Esta función es algo más que danza y ritmo. Es vida en constante movimiento. Más de veinticinco artistas en escena nos llevan de la mano con elegancia y ritmo, haciéndonos partícipes de un baile gestual de brazos y piernas que no conoce la pausa. Es una compañía ya consolidada que viene de haber realizado ochenta shows en dieciséis países. ¡Casi nada! Saben lo que hacen, y lo que hacen parece fácil. Ahí reside su magia, en engañar al espectador sobre lo sencillo que puede parecer lo que vemos.
El elenco de Cubra Vibra está entrenado para que vuestros ojos se relajen en la butaca, pero a medida que se suceden los números, los ojos se movilizan, se tensan, intentan abarcar todos los movimientos sobre el escenario. Imposible. No pueden. Pero, aunque no lo captéis todo, se queda el poso en la retina. La vibración llega a la dopamina, y la cara de gozo se mantiene durante todo el espectáculo.
El vestuario, impecable. La coreografía, impecable. La puesta en escena es admirable, y acoge temas ancestrales, como la santería, la migración o la vinculación de Cuba con el mar. Además, toda la música es en directo, lo que suma la grandeza del rico son cubano. La cantante, Yaima Sáez, tiene una proyección escénica difícil de superar. Ha sido premiada y nominada en Cuba en numerosos concursos musicales. Su chorro de voz no parece de este mundo. A ella se le suman Jonathan García, al piano; Yenly Medina, al bajo; y Yandy Chang, encargado de la percusión.
¿Y qué más decir del vestuario? La tela, el color y el frenesí oscilan entre ritmos de latín jazz, swing, rock and roll y flamenco en un recorrido musical desde 1950 hasta la actualidad. ¿Y cómo lo consiguen? Con bailes emblemáticos de tango, chachachá, mambo, rumba, bolero o conga. Y, lo siento, he de decirlo, pero he sufrido, si es que acaso el sufrimiento existe aquí para bien, con el número de baile de las sandalias planas con suela de madera. El bajo de los vestidos rozaba el suelo hasta fundirse con la suela, y en cualquier momento podría salir algo mal. ¿Algo mal en Cuba Vibra? Imposible. Es un número de claqué cubano original y admirable.
Lizt Alfonso Dance Cuba es la compañía que trae el espectáculo de Cuba Vibra. Se creó en 1991, y su prestigio artístico la ha llevado a actuar en los principales teatros de Nueva York (Estados Unidos), Rotterdam (Holanda) o Canadá. Además, ha participado en importantes festivales y eventos. Por cierto, la compañía marcó el ritmo en el videoclip Bailando de Enrique Iglesias (ya estáis yendo a verlo, porque un trocito de Cuba hay en él).
Terminaréis el espectáculo como profesionales del baile cubano, incluso bailaréis en los últimos minutos. Y, aunque creáis que al salir del teatro seréis un simple mortal más, vuestro cuerpo se habrá llenado de dopamina a granel. Y de la buena. Ellos saben suministrarla. Id a verlo, porque es hipnótico. De verdad.
Escritora, correctora y maquetadora. Asimismo, bloguera de La boca del libro.