La inmortalidad de las cartas
Hace tiempo que muchos de nosotros hemos dejado de escribir cartas con frecuencia, de comunicarnos a través de esta especial vía donde los sentimientos están vivos en cada palabra y donde la sinceridad de los corazones sobrevive a la propia muerte de los autores. La Sala Verde de Teatros del Canal representa una emotiva historia que tiene que ver precisamente con esta ilusión de expresar en un escrito todas aquellas emociones que se pierden con el paso de los años. David Serrano se pone al frente de estas “Cartas de amor” que tienen como protagonistas a los veteranos Miguel Rellán y Julia Gutiérrez Caba. Los dos actores se dejan la piel sobre las tablas en este auténtico canto a la existencia, al paso del tiempo y a las relaciones interpersonales.
El escenario siempre ha sido terreno de valientes, de apasionados por una profesión que parece no tener fecha de caducidad. Dos de estos intérpretes se encuentran estos días representando una pieza que estaba llamada a convertirse en la revelación teatral de la temporada. “Cartas de amor” llegó con fuerza y todo gracias al entusiasmo y la energía que desprenden los protagonistas, Miguel Rellán y Julia Gutiérrez Caba. Son dos de las grandes figuras artísticas de nuestro país y su magnetismo se hace patente, una vez más, para envolvernos en una conmovedora historia. Y digo una vez más porque a su edad siguen mostrando ese brillo en los ojos característico de las personas que disfrutan con lo que hacen. Una sensación de exaltación que ya me transmitieron en su día Héctor Alterio y Lola Herrera en la función “En el estanque dorado”.
La trama de “Cartas de amor” engancha desde que los actores aparecen en escena, sus interpretaciones son elegantes a la par que serenas y convincentes por lo que la admiración hacia ambos sólo puede ir en aumento a medida que avanza la materia. Éste es un regreso triunfal para Julia Gutiérrez Caba, actriz que lleva toda la vida embriagándose de las artes escénicas puesto que pertenece a una de las sagas españolas de artistas más renombrada, prueba de ello es que su sobrina-nieta, Irene Escolar, continúan su estela.
Miguel Rellán lleva unos cuantos años centrado en el teatro, de éxito en éxito, con montajes tan dispares como “Ninnete y un señor de Murcia” o “Jugadores”. Aunque, sin duda alguna, su mayor triunfo fue “Novento: El pianista del océano” donde tenía todo el peso de la función sobre sus hombros y supo sacar el montaje adelante con la maestría que le caracteriza. Una habilidad y un buen hacer que son innatos y que también le acompañan en esta nueva función durante la hora y media que dura la trama.
David Serrano ha sabido exprimir al máximo las cualidades de estos dos nombres propios de nuestro teatro suprimiendo los elementos superfluos que pudieran distorsionar la escena. No es la primera vez que David se pone al frente de este tipo de retos ya que cada año nos sorprende con una nueva dirección, basta con recordar “Buena gente” o “Lluvia constante”. Aunque, seguramente, muchos le asociaréis al género cinematográfico, de hecho, su última película, “Tenemos que hablar”, se estrenó a principios de este 2016.
“Cartas de amor” es el resultado de un gran trabajo en equipo donde Melissa Gardner y Andrew Makepeace Ladd III cobran una vida simbólica en Teatros del Canal. Los dos personajes se pasan más de cincuenta años enviándose postales y notas que van adquiriendo cada vez más sentido y significado a medida que avanzan los días. El público es testigo directo de todos sus dramas y sus miedos, pero también de sus alegrías, sus esperanzas, sus sueños y sus ambiciones. Con cada nueva carta leída los espectadores se contagiarán de la ternura que desprenden estos dos protagonistas, con caracteres prácticamente opuestos, aunque comparten la equivocación en determinadas decisiones vitales. Menos mal que, al final, la vejez se transforma en balance para alcanzar una paz interior que se convierte en la fiel aliada al concluir el camino.
El texto, del estadounidense A.R. Gurney, nos enseña que la vida es una montaña rusa repleta de altibajos donde las alegrías se convierten pronto en recuerdos y donde las penas son siempre menos cuando tienes a alguien con quien compartirlas. También nos señala que las palabras de una conversación de un día cualquiera se las lleva el viento, como también las expresadas a través de las nuevas tecnologías, que prescinden instantáneamente de ese halo de eternidad de las cartas, puesto que prima el aquí y el ahora.“Cartas de amor” os está esperando para horadar las puertas de dos vidas que, como las vuestras o la mía, son efímeras pero tienen un porqué, una razón de ser. Adelante con mi invitación a descubrir este clásico de Estados Unidos que reúne las victorias y los fracasos de dos almas cuyo destino selló para siempre un sobre lacrado. ¿Os atrevéis a abrir la correspondencia?
Periodista versátil con experiencia en redacción, liderazgo y gestión de comunidades online, comprometida con la difusión de información relevante y la creación de contenido impactante
Me dormí al poco de empezar y desperté cuando quedaba menos de media hora. Leen las cartas, quizá ya tengan alguna memorizada, pero las leen. Único escenario. Dos actores sentados la hora y media en un sillón con los folios al.lado, ni una vez se ponen de pie. Me resto muy básico y vulgar. Para mi ellos bien, la obra muy deficiente
Pedro, lamento que no te gustara. A mi me ha parecido sencillamente GENIAL.
Recomiendo a todo el mundo que vaya a verla si puede