Veinticinco años de risas sin descanso
¿Es la risa la mejor medicina? Podéis comprobarlo en el nuevo show de Miguel Lago, Lago, 25 años de stand-up, durante los sábados a las 22:30 horas en el madrileño Teatro Alcázar (Calle Alcalá, número 20). El brillante humorista se sube de nuevo a los escenarios para celebrar su cuarto de siglo en el arte de hacer reír, y lo hace desplegando todo su arsenal de humor bien afilado a lo grande para regalarnos durante casi dos horas una noche de un monólogo fresco y divertido en el que no podréis aguantar la risa en bucle. Y es que, desde que el de Vigo debutara en marzo del año 2000 con El Club de la Comedia, su carrera no ha hecho más que crecer hasta erigirse como el mayor referente nacional de un estilo de comedia en vivo con la que se dirige directamente al público presente en las butacas.
Se dice a menudo que no hay cosa más aburrida que explicar el humor pues a un espectáculo de humor le ocurre exactamente lo mismo que a la magia. Son de esas maravillas que se deben vivir en el directo para sentirlas. La tensión por la siguiente sorpresa que esconde el mago o cómico bajo la manga, la complicidad con el público, el contagio de emociones y la conexión con el locutor. Son elementos que se respiran y te imbuyen para lograr que todo fluya según las ágiles manos y veloz mente de la persona subida al escenario, en este caso Miguel Lago. Por eso, es mi obligación moral convenceros de que no os perdáis esta reconfortante experiencia.
Como ya he comentado, Miguel Lago comenzó su carrera en el stand-up allá por el año 2000 en El Club de la Comedia. Un jovencísimo chaval de 18 años se subía al escenario con una pared de ladrillos detrás para ironizar fusionando su persona con el personaje en las cosas que nadie se atrevía a decir, con un humor gamberro y ácido, pero elegantemente educado, que se terminaría volviendo su seña de identidad. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Vigo, siguió metiendo el pie en el mundo del humor para dar el salto como actor en la serie Curso del 63 como un profesor recto, pero justo que se ganó el corazón de los concursantes.
Nunca se alejó de los escenarios, escribió un libro que para muchos humoristas se convirtió en un material fundamental para cualquiera que quisiera entrar en la industria, y ha estado siempre participando en varios programas de radio y redes, con su propio canal de YouTube y Twitch. Siempre renovándose, actualizándose y adaptando cualquier novedad en el panorama del humor, sin perder nunca su esencia personal que logra sacar siempre una risa en su narración de las historias más mundanas y las más rocambolescas. Hasta que en los últimos cinco años dio el salto a la televisión como colaborador, estando últimamente en boca de la gente por su paso por Telecinco o El Hormiguero y Tu Cara Me Suena, ambos programas de Antena 3. Este último un espacio de entretenimiento del que se siente especialmente orgulloso por lo mucho que disfrutó y se esforzó en ofrecer una nueva faceta.
Como un buen chef, Miguel Lago no desaprovecha sus experiencias y reserva estos ingredientes de su vida para hacernos unas buenas croquetas durante el show. En Lago podemos descubrir que el humorista se ha convertido en todo un showman, sin duda, muy bueno en todo lo que hace, pero sin nada que envidiar a su faceta única que le hizo brillar y estar donde está hoy: como uno de los grandes cómicos de stand-up.
Existe un rumor que afirma que el humor de Miguel Lago te tiene que gustar, porque si no te puede ofender. Desde luego, no le puedes gustar a todo el mundo, eso es algo imposible de alcanzar. Pero no estoy de acuerdo con esas palabras. Siento que esta sentencia va de la mano de personas que tal vez no han dado la oportunidad suficiente para escuchar un show completo de este humorista. En el panorama actual hay varios cómicos que encajarían en ese selecto grupo de humorista controversial. Sin embargo, considero que Miguel Lago no es nada de eso, simplemente es ácido y certero en sus reflexiones. Pero aprieta sin ahogar. Hace el chiste como un experto funambulista que equilibra el punto justo de incorrección con humor pisando con firmeza la cuerda de la ficción sujeta a las circunstancias de un mundo real. A todo el mundo le hace gracia la sátira. Las bromas de Miguel Lago no pretenden incomodar a nadie, sino señalar una situación buscándole el punto más gracioso de la misma, usándose a sí mismo como el principal foco de todo para que nos riamos con él. Y eso es Miguel Lago.
Veinticinco años dan para muchas cosas, y Miguel Lago ha tenido mucho tiempo para vivirlas y perfeccionarse. Está más en forma que nunca. Humorísticamente hablando, físicamente lo desconozco pues ya formaría parte de su vida privada y familiar. Vida que, de hecho, también forma parte del show. Miguel Lago introduce a sus experiencias privadas durante el monólogo algunas noticias de actualidad, de este modo logra mantener a su espectáculo vivo y cambiante.
A pesar de lo que pueda aparentar, con su personaje engalanado y levemente prepotente, Miguel Lago se vuelca con su público en cada función y demuestra un respeto reverencial por todas aquellas personas que han decidido acudir a verle a su espectáculo. Por ello mismo, Miguel Lago se pondrá sus mejores galas y subirá a escena entregándolo todo para que no exista la posibilidad de que nadie esté menos de un minuto sin parar de reír. Logrando que tantas y tantas risas en una sola noche alivien el alma de todos los presentes que abandonan el teatro con una profusa sonrisa en el rostro con lágrimas de alegría.
No os perdáis su espectáculo todos los sábados después de cenar. Es la mejor receta médica que podéis recibir.
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