Crítica: espectáculo “Bis a Bis”

Los Morancos siempre son una apuesta segura

Desde el pasado 4 de octubre, y hasta el 1 de junio de 2025, el Teatro Capitol de Madrid acoge el nuevo espectáculo de Los Morancos. La Gran Vía se pone elegante para celebrar los cuarenta y cinco años encima de los escenarios de los hermanos Jorge y César Cadaval. Los humoristas nos presentan el espectáculo Bis a Bis cuya trama gira en torno al encarcelamiento de todos los cómicos de España tras la aprobación de la “Ley Mostaza”. En los tiempos que vivimos, dónde el humor atraviesa un momento confuso -lo que en un contexto puede ser una broma inofensiva, en otro puede resultar un ataque directo-, el dúo de sevillanos demuestra que por muchos años que pasen, ellos siempre nos han sabido sacar, con arte y soltura, una carcajada. Por cierto, este show cómico, de aproximadamente una hora y cuarenta y cinco minutos de duración, está recomendado para mayores de 12 años.

Si pensáis que Bis a Bis es un espectáculo para gente mayor estáis muy equivocados, el humor no tiene edad, y me he fijado que el teatro se ha abarrotado de espectadores de todas las edades. Algo que, por otra parte, no me sorprende porque son varias veces las que he podido ver en directo a Jorge y César Cadaval y nunca me han defraudado. Lo más curioso es que me enamoraron por televisión en los ochenta (aparecieron por primera vez en la pequeña pantalla en el programa Un, dos, tres… responda otra vez emitido el 17 de febrero de 1984) y aunque han pasado ya muchos años, ese amor perdura como el primer día porque los hermanos han logrado emplear el humor, una de las formas más poderosas de expresión humana, para aligerar tensiones sobre temas tabú y abrir espacio a la reflexión crítica.

De hecho, Bis a Bis no es solo un espectáculo de comedia, es una crítica social donde Los Morancos ponen su opinión sobre muchos de los temas de actualidad: política (satirizando a las figuras de autoridad y llamando la atención sobre injusticias), monarquía, música, racismo, homofobia, familia…pero todo siempre en tono de comedia. Y lo mejor es que por el escenario desfilan personajes míticos como Manolo, Antonia, Omaíta, aunque hay algunos nuevos, además de imitaciones, música en directo y, en definitiva, muchas sorpresas.

Cabe subrayar que en este espectáculo Los Morancos se rodean de un equipo extraordinario, bailarines, actores y alguna sorpresa familiar. Sin duda, se ve a los humoristas a gusto encima del escenario, haciéndonos partícipes de la complicidad que hay entre ellos, cómo se miran, sonríen, es una delicia visual para el público.  

El cierre del espectáculo no puede ser más emotivo, Jorge, el hermano mayor, agradece a su hermano César todo lo enseñado en los escenarios. La música y las luces no paran de sonar, cuando el confeti anuncia el fin de Bis a Bis.

No es fácil llevar casi cinco décadas viviendo de la comedia, seguro que cualquier cómico novato firmarían con los ojos cerrados por conseguir, al menos, la mitad, pero Jorge y César Cadaval han sabido adaptarse a los cambios vividos durante todo ese tiempo y estoy segura de que aún quedan Morancos para rato. Ahí estaré para seguir riéndome a su lado.

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