“Si Rufa pudiera hablar creo que nos enseñaría sobre la importancia del presente”
Xosé Saqués es un escenógrafo con vocación de ilustrador que ha convertido a Rufa, una perra de raza border collie, en la protagonista de sus viñetas. Pero ella no es la típica mascota plasta que no te deja en paz con la pelota. Si bien el autor ya hizo una presentación de su trabajo en Madrid, en la librería Panta Rhei, el próximo mes de junio se desplaza hasta Galicia para firmar ejemplares. Será en la librería Trama (Avenida da Coruña 21, Lugo). Realmente presentará dos libros que se publicaron de forma simultánea: Por un lado, Rufa (y un servidor) con 50 viñetas nuevas y también una edición limitada y especial con los mismos personajes Choven por nós que es un monográfico sobre la cuestión ecológica y la implantación de la celulosa ALTRI en Palas de Rei.
P: Tu carrera ha sido muy diversa: de la batería a la radio, el doblaje, el diseño gráfico y la escenografía. ¿Qué te llevó a la ilustración y cómo se conecta con tu formación en Artes Escénicas?
R: Me gusta creer que ha sido el destino, pero a estas alturas uno ya no sabe bien porqué. Lo que sí sé es que siempre he dibujado. De uno u otro modo siempre tenía un papel y un lápiz cerca. Nunca pensé que podía concretar algo como estas viñetas. Imagino que cada una de esas cosas que hacemos en la vida son como diferentes lenguajes que vamos aprendiendo. La ilustración, en este sentido, se siente como un lenguaje que me permite combinar la narración visual del diseño gráfico con la expresividad y la capacidad de evocar emociones propias como una mini representación teatral. También tiene un poco de guion de ficción radiofónica corto. Durante mi estancia en la RESAD aprendí sobre escenografía, teatro, el ritmo, la composición y la puesta en escena. Al ilustrar, intento pensar en la composición como si fuera un pequeño escenario, los personajes son como actores y una dramaturgia inmediata, de pocos segundos. Tocar la batería es algo muy energético y visceral también. El ritmo en la radio y la capacidad de comunicar con la audiencia, el doblaje la importancia de la voz y la entonación (trasladada a la expresión visual), y la creación de mundos y atmósferas. Puede que todo al final sea ilustración y una forma de contar historias, eso sí, con humor.
P: Más allá de lo que has comentado, ¿qué aprendizajes de tus experiencias en radio aplicas al crear contenido visual?
R: De la radio, al menos de la que yo hice, aprendí la importancia del humor, la imaginación, la improvisación y la creación de contenidos casi inmediatos. En la radio trabajé con Lino Braxe y Ana Pontón, que fueron maestros para mí en muchas cosas, pero sobre todo en lo relacionado con la ficción y el teatro radiofónico. La radio que hice con ellos era la culminación práctica de la radio que ya había experimentado en radios libres como la malograda RClavi en Lugo o aquella fresca R3 de mediados de los con 80 con programas como Qué alegría ser mayor de Federico Volpini e Isabel Ruiz Lara. Así, las viñetas son breves, imaginativas, sencillas y efectivas. Con humor absurdo, a veces, ironía y buscando una complicidad que invite a la reflexión y al mismo tiempo a la sonrisa.
P: ¿Cómo nació la idea de Rufa y su dueño como personajes recurrentes en tus viñetas?
R: La idea de que Rufa interactuara con su mascota, que es el humano, surgió de darme cuenta de que Rufa es un ser más reflexivo, paciente e inteligente que yo. Rufa existe en el mundo real. Rufa, como border collie, representa la inteligencia, la energía y esa lealtad incondicional que a menudo contrasta con las peculiaridades y las contradicciones del dueño, que vendría a ser una representación de cualquier yo como ser humano promedio: torpe, endeble, miedos, manías y problemas cotidianos de urbanita. Quería explorar esta relación desde el humor, utilizando a Rufa como una especie de observadora lúcida de las situaciones humanas. Su perspectiva canina, a menudo más directa y menos enrevesada que la nuestra, permite poner en evidencia las incongruencias del comportamiento humano de una manera divertida y reveladora.
P: ¿Qué lecciones crees que Rufa podría enseñar a los humanos si pudiera hablar?
R: Si Rufa pudiera hablar creo que nos enseñaría sobre la importancia del presente. Los perros viven el ahora con una intensidad que a menudo perdemos los humanos, atrapados en preocupaciones sobre el pasado o el futuro. También nos recordaría el valor de la lealtad incondicional y el afecto sincero, sin juicios ni segundas intenciones. Además, Rufa, con su energía y su necesidad de actividad, nos instaría a movernos más, a conectar con la naturaleza y a disfrutar de las cosas sencillas, como un paseo por el parque o el simple placer de estar al lado de alguien a quien queremos. Su vida es más corta que la nuestra, ella nació por eso sabiendo hacer más cosas que nosotros y nos enseña a aprovechar el tiempo. Cada minuto. Su inteligencia nos muestra que la comunicación va más allá de las palabras. Las miradas, los gestos y la presencia también son formas poderosas de conexión.

P: ¿Qué papel juega la ironía en tus ilustraciones y qué te inspira a utilizarla?
R: La ironía es una herramienta fundamental en mis ilustraciones. Me permite abordar temas complejos o delicados de una manera sutil, pero contundente. Al decir lo contrario de lo que se quiere expresar o al mostrar una incongruencia evidente. La ironía descoloca, hace sonreír y, al mismo tiempo, puede dejar un poso de crítica para la reflexión, más profundo que una afirmación directa. Me inspira a utilizar la ironía la observación de las contradicciones de la vida cotidiana, las hipocresías sociales, las modas pasajeras y los agobios injustificados que nos rodean. Me gusta pensar que sé aplicar el humor filosófico e inteligente manejando la ironía para decir verdades incómodas de una manera ingeniosa. Eso, y conseguir que una viñeta sea intemporal es un ideal.
P: ¿Cómo equilibras el humor y la crítica social en las viñetas de Rufa y su dueño?
R: El equilibrio entre humor y crítica social es delicado y es algo que no busco conscientemente en cada viñeta. No intento hacer reír de entrada, sino plantear preguntas o generar una pequeña reflexión en el espectador. El humor es la puerta de entrada, la manera de hacer llegar la crítica de forma más suave y con menos frontalidad. Una vez que estás dentro te encuentras con todo lo demás. A menudo, utilizo la inocencia o la perspectiva ingenua de Rufa para señalar las incongruencias del comportamiento humano. Su simpleza contrasta con la complejidad y lo absurdo de nuestro comportamiento. Busco, puede que no lo encuentre nunca, un humor que no sea vacío, sino que tenga una capa de profundidad que invite a pensar un poco más allá de la risa.
P: ¿Cómo defines tu estilo gráfico y qué influencias consideras más relevantes en tu trabajo?
R: Definir mi propio estilo gráfico no es difícil. Es muy sencillo, no puedo ni sé complicarme mucho. Tiendo a la simplicidad en las formas, buscando la economía de recursos para transmitir la idea de manera directa. No hay una búsqueda de la expresividad en los personajes. El humano es larguirucho y flaco, y Rufa habla más por su bocadillo que por la expresión de su cara. En cuanto a las influencias, son diversas. Por un lado, me inspira la claridad y sencillez especialmente de autores como Forges, Quino o Jim Davis. Ahora sigo sobre todo a ilustradoras como Ana Penyas o Mamen Moreu. Del mundo del teatro, me traigo personajes como los sepultureros en Hamlet o el bufón del Rey Lear que se mueven con humor en medio del fango de forma magistral. Trato de observar la vida cotidiana, la actualidad y, en ocasiones, la viñeta es como un remedio o una terapia o un bálsamo ante lo duro de algunos temas.
P: ¿Te autocensuras en algún momento o sientes total libertad creativa al abordar temas actuales?
R: Sí, sobre todo porque iría mucho más allá en la incorporación de lo absurdo, por ejemplo. Recuerdo a los Hermanos Marx y su camarote. Envidio esa frescura y esa desinhibición sin complejos. Sin miedo a que no se entienda el chiste. El chiste es tan nuestro, tan del ámbito de lo privado, que da miedo que no se entienda. La lucha es continua entre el intento de esconderlo o dejar al menos un hilillo del que tirar para poder investigar, o darle otra vuelta a la viñeta para captar o pillar la gracia o el porqué. Intento que no sea ofensivo, dañino o que promueva la desinformación, o que peque de efímero. Trato de explorar los temas actuales con la mayor libertad creativa posible, buscando ángulos originales y utilizando el humor como herramienta para la reflexión. Mi objetivo es ser claro, pero provocador en el buen sentido, invitando a la discusión y al pensamiento crítico siempre dentro de un marco de respeto y responsabilidad.
P: ¿Crees que el humor gráfico tiene hoy más poder que nunca en la era digital o ha perdido fuerza frente al ruido informativo?
R: Sí, creo que el humor gráfico tiene un poder enorme en la era digital, quizás incluso más que nunca. En un mundo saturado de información y de mensajes sin mensaje o excesivamente complejos, una imagen ingeniosa y un texto conciso con carga temática tienen la capacidad de captar la atención de manera inmediata y de transmitir ideas complejas de forma accesible y memorable. La naturaleza visual y la facilidad de compartir del humor gráfico lo convierten en un formato ideal para la difusión en redes sociales y plataformas digitales. Una viñeta puede volverse viral rápidamente, como un meme, alcanzando a una audiencia muy amplia y generando debate. Sin embargo, también es cierto que el ruido informativo es ensordecedor. Veo lo digital como un pacto con el diablo, no creo que sepamos cuál es el precio que vamos a pagar por ello. Qué nos pedirá a cambio. Contribuir y aceptar que mis lectores vean las viñetas a través de una pantalla led. Participar de ese juego, a veces lo pienso, no me tranquiliza. Por eso me encanta la idea de publicar en papel. Dar la posibilidad a la gente de que toquen, vean, huelan un libro y hojearlo, llevárselo en el metro, el tren, de paseo, al baño, cada día una viñeta. Eso no tiene precio. Pensar que en una librería puede haber alguien, un día, que coja un Rufa de la estantería, lo abra al azar y sonría es un sueño. No hace falta que lo compre.
Periodista versátil con experiencia en redacción, liderazgo y gestión de comunidades online, comprometida con la difusión de información relevante y la creación de contenido impactante