100 años de historia, arte y creatividad
La Sala Castellana 214 de la Fundación Canal acoge desde el pasado 1 de octubre Disney: The Exhibition – 100 Años de magia, una increíble exposición que conmemora el centenario de The Walt Disney Company. Tras su paso por ciudades como Filadelfia, Múnich, Londres, Chicago, Seúl o París, la muestra ha desembarcado en Madrid para exhibir algunos de los tesoros más preciados de los Archivos Walt Disney. Éstos, ubicados en Los Ángeles (California), fueron fundados en 1970 por el bibliotecario Dave Smith, a petición de Roy O. Disney (hermano de Walt) para preservar el legado de la compañía en unas instalaciones con temperatura controlada, sin luz directa y con sistemas de seguridad avanzados Allí hay utilería, disfraces y accesorios usados en películas y parques temáticos, además de guiones y obras de arte originales.
En el campo expositivo, Sold Out es pionera en la organización de muestras internacionales de marcas tan icónicas de la cultura popular como Harry Potter: The Exhibition, Jurassic World: The Exhibition, The Art of Manga o Marvel: Universe of Super Heroes por lo que las palabras de su director, Rafael Giménez, ya me generaron demasiada emoción durante la rueda de prensa celebrada el pasado 30 de septiembre: “Yo creo que Disney es de esas marcas que tienes un momento en tu vida que te ha tocado el corazón y siempre encontrarás algo en la exposición que te guste. Por lo cual, es un proyecto muy transgeneracional, para muchas familias, desde el abuelo hasta el niño más pequeño”.
“Al público le va a gustar mucho ver todos estos tesoros”, aventuró en este encuentro con medios Becky Cline, directora de Walt Disney Archives y productora ejecutiva, a la par que destacó que los Archivos Walt Disney “tienen ya 55 años y son 55 años de coleccionar activos, pero también de cuidarlos”. Entre ellos, su favorita es la bola de nieve que aparece en la conmovedora escena Feed the Birds de Mary Poppins y que encontraremos en esta exposición.

La Inteligencia Artificial hace su aparición en el punto de partida de la muestra donde apreciamos una proyección a tamaño real de Walt Disney. A partir de aquí la exhibición se distribuye a lo largo y ancho de un espacio de casi 1.400 metros cuadrados y se organiza en 9 galerías inmersivas que exploran un siglo de narración e innovación de The Walt Disney Company. Como curiosidad, para su instalación en la Fundación Canal se han empleado 15 tráilers y se ha tardado 8 días en descargar todas las piezas.
Disney: The exhibition – 100 años de magia se estructura cronológicamente, remontándonos en la galería 1 a la empresa Disney Brothers Cartoon Studio que comenzó produciendo cortometrajes como Las Comedias de Alicia (1923-1927), Oswald el conejo afortunado (1927) y Steamboat Willie (1928).Recordemos que fue más adelante, en 1928, cuando Walt Disney alcanzó fama mundial con la creación de Mickey Mouse, y ya en 1937 revolucionó la animación con el primer largometraje de la compañía, y el primer largometraje de animación a todo color de la historia: Blancanieves y los siete enanitos. De ahí que se trate de una experiencia extraordinaria para disfrutar en familia pues podréis sumergiros y redescubrir los clásicos, pero también acercaros a los estrenos más contemporáneos como Encanto (2021), además de los lanzamientos de Marvel, Pixar y Star Wars. Bocetos, storyboards, celuloides, concepts arts o color keys (que servían para marcar el diseño de color y personajes) impregnan cada esquina de esta exposición. Obras de arte presentes para los ojos de muy pocos y que es un verdadero lujo poder disfrutar en España.
Si bien en esta primera galería me he quedado embelesada con el praxinoscopio del despacho del mismísimo Walt Disney, un artefacto que produce la ilusión del movimiento que tenía para recordar los inicios de su arte, el aspecto que me ha parecido más interesante de Disney: The exhibition – 100 años de magia es que te da la conocer a partir de la galería 2 la historia detrás de la creación de algunos de sus personajes y películas. Porque si bien la creatividad de la compañía es infinita, lo cierto es que a lo largo de los años ha bebido de miles de fuentes de inspiración.

Esta exposición también cuenta con objetos icónicos como los libros originales que servían como apertura y cierre de los largometrajes en Cenicienta (1950) o Merlín el Encantador (1963), el caballo del tiovivo de Mary Poppins (1964) utilizado por Dick Van Dyke, o el dado de Han Solo, usado por Harrison Ford y Carrie Fisher en Star Wars: Los últimos Jedi (2017) que, como curiosidad, se trata del objeto más pequeño de la exposición. También podéis observar el casco de Iron Man de la película Vengadores: Infinity War (2018), el escudo del Capitán América utilizado en Vengadores: Endgame (2019) o el conjunto diseñado por Joanna Johnston y vestido por Harrison Ford en Indiana Jones y el Dial del destino (2023) que, por ubicaros, encontraréis en la galería número 3.

Asimismo, alberga algunos vestuarios y accesorios de las películas de Disney de acción real. Los que más me han asombrado han sido la zapatilla de cristal de la versión de acción real de Cenicienta (2015) o el vestido rojo de Cruella (2021) diseñado por Jenny Beavan y llevado por la actriz Emma Stone en esta película donde se cuenta el origen del personaje antes de convertirse en villana. También reconoceréis el collar y el garfio de Peter Pan & Wendy (2023) así como el catalejo y el tenedor mágico de Ariel de La sirenita (2023) que, todo sea dicho, se ubica en la galería 4, más centrada en exponernos el diseño de personajes y presentarnos a los tres arquetipos principales de la compañía (el héroe, el acompañante y el villano).
En este punto, os aconsejo que acudáis con la batería del teléfono móvil bien cargada porque podréis tomaros algunas fotografías con personajes tan entrañables como Goofy, Mudito, la familia Parr de la película Los Increíbles (donde podréis comparar vuestra estatura con la de Mr. Increíble, Elastigirl, Violet, Dash y Jack-Jack) o Mickey Mouse.

Además de memorable, la experiencia en Disney: The exhibition – 100 años de magia se siente dinámica y lúdica gracias a una amplia variedad de juegos y actividades interactivas como resolver rompecabezas a lo Indiana Jones, descifrar acertijos o incluso dibujar a vuestros personajes favoritos. Mi preferido ha sido un reto de adivinanzas ubicado en la sala 4 que consiste en diferenciar a algunos de los personajes más emblemáticos de la compañía únicamente por sus proporciones de color, aunque también me ha gustado que durante toda la estancia se ubiquen ciertas preguntas en rincones estratégicos con la silueta del ratón más famoso de la compañía.

Cabe subrayar igualmente que en la galería 5 podréis admirar el premio Óscar recibido por el documental El desierto viviente (1953) y, como esta exposición no da puntada sin hilo, también hay una galería, la número 6, dedicada plenamente a poner en valor la importancia del sonido y la música en las producciones de Disney. Es aquí donde podréis escuchar canciones de Disney, Pixar, Marvel y Star Wars en varios idiomas como el francés, japonés o inglés, o incluso encontrar las partituras originales de Blancanieves y los siete enanitos.

Me ha parecido muy interesante también que esta exposición nos acerque a los animatrónicos, esa obra de ingeniería que mezcla animación y robótica a partes iguales y que llevó a Disney a revolucionar los parques temáticos permitiendo darles vida a sus personajes fuera de la pantalla. Hay igualmente un apartado especial para ensalzar sus innovaciones y los diferentes procesos técnicos que han permitido que las películas y espectáculos Disney evolucionen hasta llegar a hoy. Por mencionaros una que se convirtió en una invención revolucionaria de la compañía, veréis la cámara multiplano que aportó profundidad de campo a los fondos de animación como nunca se había visto y que le permitió ganar el Oscar en su primer uso con el cortometraje El viejo molino.
Asimismo, Disney: The exhibition – 100 años de magia ofrece la posibilidad de disfrutar de filmaciones y fotografías de cada parque de Disney alrededor del mundo, desde Walt Disney World Resort, pasando por Tokyo Disney Resort hasta Disneyland París. Por cierto, que el objeto más grande de la exposición es el vehículo de la atracción Mr. Toad’s Wild Ride de Disneyland Park que emula el icónico coche que volvió loco a nuestro entrañable personaje de El Señor Sapo. Se encuentra justamente en esta galería 8 donde se rinde un homenaje tanto al primer parque como a la propia evolución de las atracciones.

La muestra concluye con una galería revestida de espejos que proyectan escenas emblemáticas de distintos proyectos Disney que desembocan en una reproducción de la célebre estatua de Walt Disney y Mickey que fue inaugurada originalmente en 1993 en Disneyland Resort. La exposición, de carácter tan completo, invita a dedicarle toda una mañana y a dejarse cautivar por el fascinante camino a través del proceso creativo de las producciones de Disney. El recorrido culmina en una tienda oficial donde es posible encontrar desde libros de archivos originales, hasta obras de arte y una amplia gama de productos de sus icónicas franquicias, ideales para llevarse un recuerdo a casa. El broche de oro ideal para un día Disney.
Como complemento a la exposición La ciencia de Pixar, Disney: The exhibition – 100 años de magia me ha permitido comprender definitivamente el complejo proceso de creación de las películas albergando storyboards originales, que podréis identificar por sus marcas de chincheta en las esquinas que permitían a los storyboarders mover de sitio y quitarlas para ver la narración completa en una pared antes de crear sus películas, y algunas de las esculturas utilizadas para la animación. Desde las más antiguas y hechas a manos con yeso como las de Pepito Grillo o Bestia, hasta la maqueta de Vaiana de resina y pintura que es la que más he sorprendido. Y, por supuesto, concentrando toda mi atención en las obras de arte originales para acabar diferenciando los inconfundibles trazos de Marc Davis, animador estrella miembro de los Nine Old Men (los nueve grandes animadores que crearon el estilo grafico y todas las normas de animación que hoy en día se siguen estudiando) así como el diseñador de personajes como Maléfica y Cruella de Vil y también quien estuvo detrás del desarrollo visual de La bella durmiente (1959) como veréis en una pieza a lápiz de color, témpera y grafito sobre papel. Del mismo modo, he podido diferenciar el enmarañado, pero repleto de alma, trabajo de Glen Keane, animador y diseñador de La sirenita, Aladdín, La bella y la bestia, y Tarzán que creó el estilo de la Segunda Edad de Oro de Disney. O el de la legendaria Mary Blair, artista conceptual de Alicia en el país de las maravillas, Peter Pan y Cenicienta cuyo estilo colorido definió la estética Disney de los años 40 y 50.

Es por esto por lo que si reflexionamos sobre el precio de las entradas para esta exposición (a partir de 14,90 euros) me parece una cifra muy asequible pues lo que ofrece a cambio es desempolvar nuestros recuerdos más queridos de Disney. Pues todos tenemos una escena que nos marcó, un personaje entrañable con el que esbozar una sonrisa automáticamente. En Disney: The exhibition – 100 años de magia podréis reencontraros con ellos y con vuestros niños interiores como nunca antes.
La exposición se puede visitar de martes a viernes de 11:00 a 21:00 horas, los sábados, domingos y festivos de 10:00 a 21:00 horas. Los lunes permanece cerrado.
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